Cinco horas y ocho minutos después de haber ingresado al court central de Roland Garros, Diego Peque Schwartzman se hace gigante, levanta las manos y mira hacia su grupo de trabajo. Acaba de hacer historia: clasificó por primera vez a una semifinal de Grand Slam y se estableció entre los 10 primeros jugadores del ranking mundial. La alegría es completa para la Argentina porque la Peque Nadia Podoroska, de sólo 23 años, sorprendió al mundo en los albores de este martes al meterse entre las cuatro mejores del torneo parisino.

El estadio Philippe Chatrier, entonces, es testigo de una gesta que quedará por siempre en el inconsciente colectivo nacional: por primera vez en 16 años, el país estará representado en ambos géneros en las semifinales del certamen predilecto sobre polvo de ladrillo.

En 2004, cuando el tenis argentino vivía un época dorada, fueron cuatro los que arribaron a esa instancia: Paola Suárez por las damas y David Nalbandian, Gastón Gaudio y Guillermo Coria en caballeros. Estos últimos disputaron una final para el recuerdo, y aquella edición resultó la última antes de que Rafael Nadal iniciara su hegemonía de 12 títulos en el Bois de Boulogne.

Quizás, la hazaña de este martes cobre mayor relevancia por lo inusitada. Si bien Schwartzman arrastraba emociones fuertes producto de su resonante semana en el Masters 1000 de Roma -cayó con Novak Djokovic en la final, luego de vencer a Nadal por primera vez en su carrera-, no era favorito hoy ante Dominic Thiem, número 3 del mundo y reciente campeón del US Open, a quien doblegó por 7-6, 5-7, 6-7, 7-6 y 6-2.

Lo de Podoroska supera cualquier umbral pronosticado. La rosarina, criada en el Club Fisherton de donde también surgió la mejor jugadora de hockey de todos los tiempos, Luciana Aymar, venció a la ucraniana Elina Svitolina por 6-2 y 6-4 y se transformó en la primera jugadora en la Era Abierta en alcanzar las semifinales del Grand Slam francés viniendo de la qualy.

Ubicada en el puesto 131 del ranking, debió atravesar las tres rondas de la clasificación para ingresar en el cuadro principal, lo que significó su primera participación en Roland Garros. Un dato que sirve para enmarcar el hito de Nadia: en la antesala del partido de hoy, su contrincante, número 5 del mundo, aseguró que no la conocía. Con este resultado, ya se aseguró amanecer el próximo lunes entre las mejores 50 tenistas del planeta. Pero además, la Peque dejó en claro que no tiene techo.

Schwartzman, que dio sus primeros pasos en el club Náutico Hacoaj, se convirtió en el décimo argentino en alcanzar una semifinal de Grand Slam. La última la protagonizó Juan Martín Del Potro, cuando en 2018 aterrizó en esa instancia en Roland Garros y luego alcanzó la definición del US Open, en donde lo venció Djokovic.

El tandilense, artífice excepcional de la conquista en la Copa Davis 2016 y actualmente lidiando con una nueva rehabilitación en la rótula de su rodilla derecha para volver -por enésima vez- a las canchas, se hizo eco de la Revolución Francesa con un saludo twittero.

El jueves, Podoroska se medirá ante la polaca Iga Swiatek (54°) o la italiana Martina Trevisan (159°), que están dirimiendo su suerte en estos momentos. Schwartzman irá el viernes ante el ganador de Nadal y Jannik Sinner, el promisorio italiano que con sólo 19 años aprovechó este lisérgico 2020 para enviar una alerta: peleará por cosas grandes en el futuro.

Mientras esperan sus rivales, el Peque y la Peque descansarán en la noche parisina con una sonrisa. Historia grande no se escribe todos los días.