Ellas tienen la pelota
La pelota rueda y ellas la paran. Hoy a las 16.45, la selección argentina de fútbol femenino jugará el clásico contra Brasil en el cuadrangular final de la Copa América y, como logro histórico, se podrá ver por TNT Sports. Las pibas sueñan con clasificar a su tercer Mundial, el de Francia 2019, y a sus segundos Juegos Olímpicos en Tokio 2020. También sueñan con que de una vez por todas, la AFA las escuche, las vea y las apoye: no tienen viáticos, son amateurs, faltan a trabajar para ir a entrenar y no tienen canchas ni vestuario acorde a la cantidad que son. La revolución de las mujeres cada vez conquista más terrenos y avanza en todas las canchas.
Parecería una locura imaginar a Cristian Sancho desplazando a Messi y luciendo la camiseta con la que Argentina jugará en Rusia 2018. Y aunque sería una utopía que el fútbol de mujeres tenga la misma relevancia que el de varones de un día para el otro, las camisetas del seleccionado femenino fueron presentadas por modelos en vez de por las jugadoras. Invisibilizadas hasta para mostrar sus camisetas. Aprovechando el revuelo que se armó en Twitter, las jugadoras posaron para la foto oficial del último partido con la mano detrás de la oreja pidiendo que las escuchen.
"Deseo ser el presidente de la igualdad de género en el fútbol”, dijo Chiqui Tapia en agosto del año pasado. Pero ahí quedó. En 2017, las jugadoras estuvieron de paro porque, después de dos años de inactividad, volvieron a las canchas y tuvieron que dormir en un micro e ir directamente jugar. Aún así, ganaron. Se piden los días en sus trabajos para representar al país y ni siquiera tienen dónde dormir. ¿Dónde está la plata que la FIFA destina para la competencia oficial de fútbol femenino?
Ayer, el equipo de Luján jugaba contra Deportivo Merlo: los árbitros llegaron una hora y media tarde. Las pibas no dudaron y se sumaron a la iniciativa de las jugadoras de la Selección y posaron pidiendo que las escuchen.
En 2010, la ex jugadora y directora técnica, Mónica Santino, se plantó y empezó a dar fútbol femenino en la Villa 31. Las nenas y las adolescentes dejaron de mirar desde afuera: coparon los potreros.
Cada vez son más las mujeres que juegan en el barrio y también en la Selección. Cada vez son más las que alientan en las tribunas y le gritan ¡dale, poné huevo! a un jugador. Cada vez son más las periodistas: este año, récord, habrá cuatro argentinas cubriendo el Mundial de Rusia 2018. Ante la avanzada feminista, los varones deberán ir cediendo sus privilegios. El fútbol no será la excepción.