El adiós de Maradona a Gimnasia y el fin a un idilio de dos meses
El Diego abandonó el barco tras la deserción del presidente Pellegrino y su revolución se interrumpió en un suspiro.
Fueron 72 días eléctricos en La Plata. En la primera semana de septiembre, el presidente de Gimnasia, Gabriel Pellegrino, logró el objetivo de convencer a Diego Maradona para que se hiciera cargo del primer equipo del Lobo. El Pelusa dio el sí y el resto fue historia: camisetas, banderas, murales, tatuajes, todo estuvo a la orden de una revolución con epicentro en el Bosque platense y magnetismo en toda la ciudad de las diagonales. Dos meses después de su regreso al fútbol argentino, el ídolo presentó su renuncia, abrumado por la disputa política del club.
Fue Pellegrino quien, de manera implícita, anticipó el portazo del Diego el fin de semana. El mandamás del Tripero anunció que no se presentará en las elecciones del sábado 23 de noviembre para renovar su mandato. Acusó un boicot de los candidatos de la oposición. Maradona ya había expresado en varias ocasiones su fidelidad para con quien lo contrató. Pese a que los jugadores intentaron convencerlo, no lograron torcer su decisión y el sueño de los hinchas terminó súbitamente.
“Quería comunicarle a todos que renuncio a mi cargo de director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata. Tomo esta decisión con todo el dolor del alma, porque el presidente Gabriel Pellegrino no va a presentarse en las próximas elecciones. Sinceramente me sorprendió que no lo haga. Conversé con él, y luego de escucharlo, tengo que dar un paso al costado”, expresó Maradona en sus redes sociales.
“Es una lástima, me da mucha pena. Los jugadores se sentían muy identificados con él, con su idea de juego. Me da lástima por el club, aunque creo que a su vez fue algo histórico, que va a quedar en la historia de Gimnasia”, afirmó el exjugador y entrenador del Lobo, Facundo Sava, ante El Canciller. “Era un equipo que luchaba, peleaba, nunca perdió mal y ganó partidos jugando bien. Lo que uno veía en la cancha era que más allá de ganar o perder, había una identificación”, analizó.
Maradona llegó a un equipo hundido en los promedios, que había cosechado apenas 1 punto en cinco fechas y con sólo dos goles a favor. En las ocho fechas que dirigió, Gimnasia ganó tres encuentros y perdió cinco; todos los triunfos fueron de visitante (4-2 a Godoy Cruz, 4-0 a Newell's y 3-0 a Aldosivi, en su última presentación).
Jamás le encontró la vuelta a la cuestión de la localía (el Lobo cayó en los seis partidos que disputó ante su gente en la Superliga), pero promovió juveniles que brindaron soluciones en medio de un presente por demás adverso: Leandro Contín, José Paradela y Matías Miranda fueron los mejores exponentes. No pudo cortar la racha negativa que aún pesa en el clásico con Estudiantes. Dos semanas atrás, el Pincha se impuso 1-0 como visitante. El Tripero acumula 10 años sin alegrías.
Al ser consultado por la gestión del presidente de Gimnasia, Sava reconoció sus buenas intenciones y lamentó la partida. “Creo que si Pellegrino seguía tenía que hacer un proyecto futbolístico serio, con divisiones juveniles bien manejadas. Había que cambiar todo lo que venía haciendo. Si bien económicamente el club hizo cosas buenas (cuando arrancó el predio Estancia Chica estaba muy mal y tenía muchas deudas), a nivel futbolístico nunca estuvo bien. Con gente capacitada, podía mejorar. Creo que es una persona que quiere al club, pero no estuvo bien rodeado. Tiene buenas intenciones, es buena gente, dio lo mejor para la institución”, enfatizó.
“Lo único que puede ayudar a Gimnasia en este momento es darse cuenta que de esta manera no puede seguir. Que te ofrezcan un jugador sin haberlo estudiado, que cualquier representante haga su negocio, no sirve. Hay que barajar y dar de nuevo, más allá del entrenador que venga”, agregó el Colorado.
“Este era el momento de continuar con el proyecto, de buscar los refuerzos necesarios. Por eso mantuvimos la ilusión hasta último momento, porque en cada charla que teníamos con el 'presi', coincidíamos en que hubiese unidad, para buscar todos juntos el objetivo soñado. Pero lamentablemente no pudo ser. Desconozco el por qué. Ojalá que al que le toque conducir al club, pueda continuar con el trabajo que comenzamos, y logre mantener a Gimnasia en donde merece estar”, cerró el Diego su despedida ante los hinchas, mediante una carta.