Alejandro "Papu" Gómez dio positivo en un control antidoping realizado en el Sevilla de España en octubre de 2022, días antes del Mundial de Qatar, y será suspendido por dos años.

La información fue confirmada por el Monza, el club italiano que fichó hace menos de un mes al futbolista y que, en un comunicado publicado en sus redes sociales, detalló que “en un control efectuado en octubre de 2022, en la orina se hallaron restos de terbutalina, un fármaco tomado para calmar una crisis de broncoespasmo”.

El club italiano evaluó que la ingesta fue “involuntaria” y se reservó “el derecho de valorar los siguientes pasos procesales”, dando a entender que podría interrumpir la relación laboral.

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Según trascendió, tanto el jugador como el club español tenían conocimiento de esta situación desde hacía meses, por lo que este habría sido el impedimento para que el mediocampista argentino campeón del mundo encontrara su nuevo destino.

El “Papu”, de 35 años y único campeón del mundo que no volvió a integrar el seleccionado argentino, firmó contrato con el Monza como agente libre a finales de septiembre y hasta el momento jugó dos partidos (15 minutos ante Sassuolo y 25 frente a Salernitana) en la Serie A.

Todo sucedió en un entrenamiento del Sevilla, cuando se llevó a cabo un control antidopaje sorpresa. Según el medio español Relevo, la versión del futbolista fue que había pasado una “mala noche”, lo que lo llevó a tomar un jarabe de uno de sus hijos, sin una consulta previa a los médicos del club.

En septiembre de 2023, el equipo andaluz y el jugador surgido en Arsenal de Sarandí llegaron a un acuerdo para rescindir el contrato casi un año antes de que finalizara.

"El Sevilla FC y Alejandro 'Papu' Gómez han llegado a un acuerdo para la rescisión del contrato que le unía a la entidad hasta el final de la presente temporada, 30 de junio de 2024", había informado el Sevilla en un comunicado.