De trabajar en un viñedo al récord en Boca: la historia de Esteban Andrada
El primer Superclásico del 2019 entre River Plate y Boca Juniors entregó muchas imprecisiones, poco fútbol y se tradujo en un olvidable 0-0. Sin embargo, Esteban Andrada, que fue de los más destacados del partido, superó el récord de Antonio Roma y se transformó, con 868 minutos, en el arquero con más minutos invicto en la historia del Xeneize.
De 28 años, su vida y su carrera tuvieron enormes altibajos. Nació en la humilde localidad de Villa Horqueta, en la provincia de Mendoza, y fue el cuarto de los seis hijos que tuvieron sus papás. Mario, su padre, falleció en un accidente de tránsito en 2007, cuando Andrada tenía 15 años.
Maduró de golpe, ya que tuvo que salir a trabajar para ayudar a su familia. Estuvo un par de meses cargando tachos en un viñedo hasta que decidió probar suerte en Lanús. Si no resultaba, volvería a Mendoza para iniciar la secundaria.
Pero el jóven de 1,93 mts. de altura quedó, vivió toda su adolescencia en la pensión y empezó a ganar terreno en las selecciones juveniles de Argentina. La rompió en el Sudamericano Sub 20 de 2011 y en el Mundial de aquel año, al punto que Barcelona le llegó a ofrecer al Granate, en ese entonces, €4 millones para quedarse con su pase. Lanús eligió quedárselo y, en 2012, hizo su debut profesional.
Como estaba eclipsado por la figura de Agustín Marchesín, los mellizos Barros Schelotto lo dejaron irse a Arsenal. No le fue nada bien, en 48 partidos recibió 65 goles y la gente lo reprobó constantemente.
Encima, en esos años fue secuestrado. Ocurrió en el centro de Lanús. Lo soltaron porque su cuñado les dio $25.000 a los delincuentes. Lo catalogó como el hecho más feo que pasó en su vida.
Regresó al Granate y a fines de 2016, de casualidad, le llegó la oportunidad de quedarse con el arco. Fernando Monetti se había roto los ligamentos cruzados y Matías Ibáñez -arquero suplente- había sido transferido a Témperley. Jorge Almirón le brindó confianza y no defraudó: fue clave para ganarle la Supercopa Argentina a River y para llevar a Lanús a la histórica final de la Copa Libertadores 2017, que perdió a manos de Gremio.
En Boca, disputó 46 partidos y en 31 dejó el arco en cero. Hoy, nuevamente, fue el sostén del equipo en el Monumental, pese a que River estuvo falto de ideas para llegar con claridad. Acumula tres meses y nueve partidos sin recibir goles: el último fue el que le convirtió Lucas Janson, de Tigre, en la final de la Copa de la Superliga.
En Mendoza tiene a su principal fanática, su madre, que hace poco declaró que los primeros sueldos en Lanús, Andrada los dedicó a ampliarle la casa a su familia, para que dejaran de vivir apretados.