Racing venció 3 a 1 a Cruzeiro en la final de la Copa Sudamericana y cortó una sequía de 36 años sin títulos internacionales
En La Nueva Olla de Asunción, la Academia se impuso con goles del lateral uruguayo Gastón Martirena, de Adrián "Maravilla" Martínez y del colombiano Roger Martínez. Kaio Jorge anotó el descuento para el equipo brasileño.
Después de 36 años de sequía, Racing volvió a gritar campeón en un torneo internacional. Fue este sábado en La Nueva Olla de Asunción y ante el brasileño Cruzeiro, justamente el equipo ante el que había festejado su último título continental, el de la Supercopa de 1988, pero que, cuatro años después, lo había dejado atragantado en la final del mismo torneo.
En un partido emocionante, disputado con casi 40 grados de temperatura y frente a una multitud de hinchas albicelestes, la Academia se impuso por 3 a 1 gracias a los goles del uruguayo Gastón Martirena, de Adrián "Maravilla" Martínez y del colombiano Roger Martínez a los 15, 20 y 95 minutos, respectivamente. Kaio Jorge, a los 52, anotó el descuento para el conjunto de Belo Horizonte.
La final terminó, si es que hacía falta, por consolidar la idolatría de los simpatizantes de Racing por Gustavo Costas, campeón como jugador en aquella conquista de 1988 y como director técnico del equipo hoy en la capital paraguaya.
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El duelo, de alto tono emotivo, comenzó con polémica. A los 4 minutos, un pase largo encontró la corrida por el sector izquierdo de Maximiliano Salas, quien sacó un centro para Adrián Martínez. El balón derivó en el lateral derecho uruguayo, un habitual llegador al área contraria, quien derrotó con un remate al primer palo al arquero Cassio.
Sin embargo, el VAR revisó la jugada e invalidó el gol por una aparente posición adelantada del expunta del chileno Palestino, ante la bronca y las protestas de Costas y de la totalidad del banco de suplentes.
Racing no se contagió del estado de ánimo del entrenador, siguió presionando y su actitud arrolladora dio resultados a los 15 minutos, aunque esta vez con fortuna, ya que Martirena, después de una mala salida de la formación mineira, envió un centro que se terminó colando por detrás de la humanidad del experimentado arquero brasileño.
El 1 a 0 no relajó al conjunto de Avellaneda, que, cinco minutos después, amplió la cuenta por medio de Martínez, tras otro gran desborde por la izquierda de "Maxi" Salas, la gran figura de la tarde, cuyo centro cruzado halló en el segundo palo al goleador del torneo, quien facturó el 2 a 0 para coronar un primer tramo de partido perfecto para Racing.
Al igual que la etapa inicial, el complemento comenzó a todo ritmo, aunque esta vez fue el cuadro de camiseta azul el que salió decidido a lograr el descuento.
No tardó mucho en conseguirlo. A los 52 minutos, Kaio Jorge aprovechó una gran jugada de Matheus Henrique y la mandó a guardar ante Gabriel Arias, quien tapó en primera instancia el cabezazo del punta del Cruzeiro en la boca del arco, pero no pudo con el rebote.
Cruzeiro dejó de cometer errores defensivos y, si bien nunca puso en real riesgo la victoria de Racing, merodeó el empate con algunas aproximaciones de peligro.
Sin embargo, los de Costas, que sintieron en el segundo tiempo el enorme desgaste que habían realizado en el primero, aguantaron con orden, un seguro Arias y la predisposición de todos para pelear a muerte cada pelota.
No lo pudo sentenciar Salas cuando el partido se moría y desperdició un mano a mano con Cassio, pero sí lo logró el otro Martínez -el colombiano que lleva la 10 en su espalda- en la última jugada de la final y con un tiro cruzado que decretó el 3 a 1. Racing fue puro corazón y, tras el pitazo del uruguayo Esteban Ostojich, una emoción interminable.