El mundo del fútbol se vistió de luto tras la confirmación de la muerte Franz Beckenbauer, a sus 78 años. La leyenda del fútbol alemán padecía una grave enfermedad, que lo había mantenido lejos de la vida pública en los últimos años.

El mejor defensor germano de la historia supo ser campeón del mundo con su selección, tanto como jugador, en 1974, como en el rol de entrenador, en 1990. Además, se alzó con la Eurocopa de 1972.

A nivel de clubes, ganó con el Bayern Múnich tres Copas de Europa consecutivas (entre 1974 y 1977) y el título intercontinental en 1976. Asimismo, obtuvo dos veces el máximo galardón individual, el Balón de Oro (en 1972 y 1976).

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Nacido el 11 de septiembre de 1945, en Giensing, un suburbio de Múnich, se unió a las inferiores del Bayern cuando era adolescente. Allí jugó durante 13 años, logrando innumerables títulos. 

Luego de dos cortos pasos por el Nueva York Cosmos de la liga estadounidense y y por el Hamburgo, Beckenbauer decidió colgar los botines para convertirse en el entrenador de Alemania Occidental, seleccionado con el que obtuvo la Copa del Mundo de Italia, tras vencer 1-0 a la Argentina en una recordada y polémica final. 

Tras una exitosa carrera como director técnico, el exdefensor fue nombrado presidente honorario del Bayern Múnich y se mostró muy satisfecho con el ciclo de Pep Guardiola, pese a no lograr la Champions League: “Es un equilibrio entre sus ideas futbolísticas y la filosofía del club, que reposa en la potencia y la proyección rápida”.

En el último tiempo, ya alejado de los flashes, el exfutbolista padeció varios problemas de salud, entre ellos, dos cirugías cardíacas y una de cadera. En 2019, perdió la visión de su ojo derecho y, en abril de 2023, se acentuó su deterioro cognitivo. 

En diciembre de 2022, cuando falleció Pelé, Beckenbauer había expresado en un comunicado: “Me hubiese gustado ir, pero mi salud no me permite realizar viajes lagos”.