A 20 años de la final argentina en Roland Garros: los detalles del legendario duelo entre Gaudio y Coria
Una de las históricas rivalidades del deporte argentino llegó a su pico máximo en el Grand Slam de París en 2004, cuando el "Gato" alcanzó la gloria.
Un día como hoy, pero hace 20 años, Gastón Gaudio y Guillermo Coria jugaron la final de Roland Garros, en un duelo que tuvo frente a frente a dos argentinos que tenían una enorme rivalidad.
La relación entre los tenistas estaba lejos de ser la deseada. Anteriormente, ya habían protagonizado varios encontronazos y la tensión llegó a la cúspide en las semifinales del ATP de Hamburgo 2003, cuando el "Mago" había acusado calambres, pero terminó imponiéndose 6-0 en el set decisivo.
Lejos de creer en la supuesta molestia del santafesino, el "Gato" salió al cruce durante el saludo: "¿Qué te pasa? Si mirás mal, te cago a trompadas, gil". Sin embargo, esto no terminó ahí y escaló en los vestuarios, cuando Gaudio habría agarrado del cuello a Coria.
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Con este antecedente, debían enfrentarse un año más tarde en la final del Grand Slam de París, ante los ojos del mundo. En aquella época, eran los mejores jugadores del mundo en polvo de ladrillo, pero el "Mago" llegaba como favorito, ya que se encontraba tercero en el ranking ATP.
El partido comenzó con un dominio total de Coria, que se impuso por 6-0 y 6-3 en los dos primeros parciales. Frente a este panorama, parecía que la final se le iba volando a Gaudio, que no encontraba respuestas ante el elevado nivel del rival.
"Le salían todas y yo estaba muy nervioso. Iba a hacer el papelón más grande de la final de Roland Garros. Ya el miedo era otro, no pasaba por el partido, sino por no pasar vergüenza", recordó el "Gato".
En un descanso del tercer set, el público francés comenzó a hacer la famosa "ola" y Gaudio, que aplaudió al público, cambió el chip. Su actitud cambió radicalmente y terminó imponiéndose en el tercer set por 6-4.
El jugador que nunca disfrutaba adentro de la cancha, parecía dejar de padecer, justamente en el partido más importante de su vida.
Cuando el camino se empezaba a allanar, volvieron los "fantasmas de Hamburgo", cuando Coria solicitó atención médica por presuntos calambres. "No me puede estar pasando esto pensaba. Pero adentro mío dije ‘es obvio que no va a terminar así, que voy a tener que seguir corriendo y él también va a correr como nunca’", reveló Gaudio en una entrevista televisiva.
El cuarto parcial fue para Gaudio por 6-1, por lo que la final del Roland Garros en la Philippe Chartier debía ir a un set decisivo.
Las sospechas del "Gato" sobre la movilidad del "Mago" eran ciertas. Coria salió como nuevo y llegó a tener dos match points, pero no pudo cerrar el partido.
"Cuando levanté los dos match points y le quebré el saque dije: ‘este chico no me puede ganar’. Cuando mantuve el saque y me puse 7-6 pensé ‘ya estoy’", rememoró.
El trofeo de los Mosqueteros se lo entregó Guillermo Vilas, leyenda del tenis argentino y ganador del mismo título en 1977. También estaba el estadounidense John McEnroe, que protagonizó un divertido momento al decirle cómo debía levantar la copa.
Finalmente, el momento más emotivo se dio durante su discurso, cuando no pudo contener su emoción: "Mami, papi, los amo. No están acá porque les dije que no vengan por cábala, pero están acá en mi corazón".
El 6 de junio de 2004, una fecha que quedará para siempre en la historia del tenis argentino y en la vida de Gastón Gaudio.