Los hinchas de Independiente esperaron durante todo el viernes que hubiera una resolución sobre si podían o no acudir este sábado al Libertadores de América para presenciar el partido ante Rosario Central, de la undécima fecha de la Liga Profesional, después de que un fiscal solicitara que el encuentro se jugara a puertas cerradas por el visible desplazamiento de dos tribunas ocurrido en los dos últimos choques disputados en ese estadio por la Copa Argentina. 

Finalmente, la resolución se conoció en la madrugada de este sábado, cuando el club comunicó en sus redes sociales que la Justicia dispuso reducir al 50% el aforo de las tribunas Miguel Santoro y Ricardo Pavoni bajas.

De esta manera, el canje de bonos que 13.000 socios habían hecho en la semana para acceder a esas populares quedó sin efecto y, según informó el club, deberá ser realizado nuevamente este sábado desde las 10:30, hasta agotar la capacidad. 

TE PODRÍA INTERESAR:

Desde Independiente aseguraron, además, que todos aquellos socios que se queden afuera del encuentro ante Rosario Central tendrán garantizado su bono para los próximos dos partidos de local, ante River y Argentinos Juniors.

El viernes hubo una inspección de funcionarios de la secretaría de Seguridad Ciudadana de la Municipalidad de Avellaneda, de la Aprevide y de la Delegación de Bomberos, quienes recorrieron las instalaciones junto con el intendente de la cancha, Marcelo Garioto, y a la plana mayor de la dirigencia del Rojo. 

Posteriormente, el municipio emitió un comunicado en el que anunció que no encontró irregularidades, pero el fiscal Mariano Zito solicitó a instancias superiores de la Justicia que Independiente jugara a puertas cerradas.

"Pedí la clausura total porque acá tienen que ir a ver todo ingenieros estructurales específicos. No podemos asumir riesgos de ningún tipo. Hay que esperar a que se haga un relevamiento total. La estructura de un estadio no se puede evaluar a simple vista", comentó Zito en declaraciones a ESPN.

Dicho informe, con pruebas fotográficas, fue presentado en el Juzgado de Garantías N° 1, a cargo de Mariela Bonafine. Más tarde, la Dirección de Seguridad en Eventos Deportivos de la provincia de Buenos Aires publicó otro documento, en sentido contrario. "La estructura no presenta, en apariencia, riesgo alguno de debilitamiento, derrumbe o rotura. Se le recomienda al club verificar el estado de los anclajes de alineación de las gradas y reemplazar los que se encuentren en mal estado", planteó.

Finalmente, la jueza se inclinó por la recomendación de la Delegación de Bomberos y redujo el aforo de esas dos tribunas a la mitad.

Las alarmas se encendieron el martes 7 de agosto, cuando Vélez y San Lorenzo se midieron en ese escenario en los octavos de final de la Copa Argentina. En la cabecera Pavoni, ocupada por hinchas del Fortín, se produjo un desplazamiento de un bloque de gradas. 

"Se movió cinco centímetros en un giro. Todavía tiene 25 centímetros de apoyo sobre la viga. No existe ninguna posibilidad de caída ni de derrumbe", comentó en ese momento uno de los arquitectos del club.

El pasado miércoles, después del duelo entre Huracán y Argentinos en Avellaneda, circularon imágenes de un desplazamiento en la popular Santoro, aunque desde el club aseguraron que esas fotos no eran actuales.