Este jueves 17 de septiembre bien podría ser catalogado como uno de los mejores días del año para los futboleros. A seis meses de aquel Rosario Central-Colón, último partido de la extinta Copa de la Superliga previo a la llegada del nuevo coronavirus, los cinco representantes argentinos en la Copa Libertadores retomarán la actividad oficial en el certamen de clubes más importante del continente.

La grilla es maratónica. A las 17, Racing abrirá el telón de la jornada contra Nacional de Uruguay, en el Cilindro de Avellaneda. River visitará a San Pablo a las 19; a la par, Defensa y Justicia se medirá con Delfín de Ecuador en Florencio Varela. Desde las 21, Libertad recibirá a Boca en La Nueva Olla de Asunción. Tigre se encargará de cerrar la noche con su visita a Guaraní, en el estadio Defensores del Chaco.  

La economía le ganó a la salud

Argentina, Bolivia y Venezuela son los únicos países de Conmebol en los que todavía no se reanudaron las competencias locales. Los 24 planteles de la máxima categoría argentina fueron habilitados para reiniciar los entrenamientos en la primera semana de agosto, con la curva del virus en pleno crecimiento, pese a que los dirigentes habían advertido que solo comenzarían cuando todo el territorio nacional ingresara en la Fase 4 del ASPO.

Apenas Conmebol presionó con la billetera, los directivos quedaron presos de sus palabras. En este sentido, en una conferencia de prensa virtual previa al viaje a Brasil, el entrenador de River, Marcelo Gallardo, le pasó factura a las autoridades por la tardanza en reactivar la maquinaria.

"Estamos en el peor momento. ¿Por qué no iniciamos antes? ¿Por qué frenamos tanto? ¿Salimos cuando la situación apremia? Nos empujan económicamente. Le pregunto a mi presidente y no da certezas. El fútbol argentino parece que es todo al voleo, nadie sabe nada. Los líderes deberían responder", disparó.

La Copa Libertadores vuelve en el peor momento de la pandemia en América del Sur. De los 11 países con más contagios a nivel mundial, cinco pertenecen al continente. La razón es meramente económica. Las cadenas que poseen los derechos televisivos desembolsaron 500 millones de dólares para transmitir el certamen y no admiten más postergaciones.

Desde la ciudad de Luque, donde está emplazado el órgano que preside Alejandro Domínguez, se movieron rápido. Cuando se suspendió la competencia en el mes de marzo, adelantaron U$S 65 millones a los equipos participantes -abarcó también a los que juegan Copa Sudamericana-, con el fin de que todos mantuvieran la competitividad. En junio, repartieron otros U$S 600.000 a las 10 asociaciones miembro para garantizar los tests PCR y en agosto anunciaron que costearían todos los vuelos chárters que realicen los clubes para jugar sus partidos en condición de visitante.

El show debe continuar, pero, ¿a qué costo? Con el avance del virus, Conmebol comenzó a dictar resoluciones controversiales, únicamente sustentadas en su necesidad recaudatoria. Con tal de evitar un papelón, amplió la listas de buena fe de 30 a 40 futbolistas, y más tarde de 40 a 50: la no-presentación de un equipo a raíz de múltiples contagios por Covid-19 sería catastrófica para la reputación de la competencia.

Libertad-Boca, en el ojo de la tormenta

El protocolo sanitario que había confeccionado inicialmente el organismo para evitar cualquier contagio de coronavirus fue avalado por los 10 ministerios de Salud de Sudamérica. En él se especificaba que un jugador sólo podría formar parte de la delegación siempre y cuando estuviera libre de la enfermedad, certificado con un hisopado negativo. Eso se alteró esta semana, cuando de manera insólita y en consonancia con el ministerio de Salud de Paraguay, dio el OK para que Boca viajara a tierras guaraníes con futbolistas que aún eran portadores del virus.

El partido entre Libertad y el equipo xeneize se empezó a jugar antes de tiempo y ya superó todos los escenarios imaginados. El director de Vigilancia de la Salud de Paraguay, Guillermo Sequera, que habilitó al conjunto de la Ribera a ingresar en el país con casos positivos de Covid-19, advirtió que "la semana que viene nos daremos cuenta si hay un brote en los futbolistas de Libertad y, en ese caso, deberá pagar Boca". Los dirigentes del combinado que dirige Ramón Díaz hicieron un fuerte reclamo a Conmebol, que suspendió a Lisandro López, Julio Buffarini, Mateo Retegui, Gastón Gerzel y Renzo Giampaoli por formar parte del último grupo de contagiados en la burbuja sanitaria boquense, pero no así al colombiano Frank Fabra, cuya condición era idéntica a la de sus compañeros.

La discordia escaló este miércoles, luego de que todos los futbolistas de Boca implicados en el viaje dieran negativo en el último hisopado. Libertad emitió un comunicado en el que invitó "amablemente" a toda la comitiva del club argentino a someterse a nuevos tests PCR, porque no creen en la información que las autoridades xeneizes le enviaron a Conmebol. La entidad guaraní acusó al propio gobierno paraguayo de "violar" las disposiciones vigentes en el territorio sobre el nuevo coronavirus, dardo que también ligó el organismo rector del fútbol sudamericano.

Boca rechazó la solicitud porque el pedido no provino de ningún ente oficial. Horas después, Libertad anunció la infección en uno de sus futbolistas. El contexto que rodea al encuentro cobró ribetes escandalosos y el desenlace es incierto. Pese a la falta de rodaje del equipo, Miguel Ángel Russo -que se quedará en Buenos Aires por ser paciente de riesgo- dispondrá de la base que obtuvo el título local en la recta final de la Superliga.

Qué dice el protocolo sanitario

Más allá de la presentación obligatoria de hisopados negativos en todos los integrantes de cada plantel profesional, los clubes que disputen partidos en condición de visitante deberán cumplir con normas estrictas en territorio extranjero. Del aeropuerto irán al hotel, del hotel al estadio y de la cancha al aeropuerto, con uso obligatorio de tapabocas en zonas comunes y habitaciones individuales en los alojamientos.

Habrá 276 personas habilitadas para ingresar a cada cancha y todos se tendrán que someter a un control de temperatura, que no podrá dar superior a los 37,4°. Los equipos locales se harán cargo de la desinfección de las áreas comunes a los jugadores, cada futbolista poseerá una botella de agua personalizada y no se podrán efectuar los tradicionales cambios de camisetas. Estará prohibido escupir, así como festejar un gol en grupo.

La desventaja de los equipos argentinos

Racing jugará como local, ante Nacional de Uruguay, a las 17:00. Ambos lideran el Grupo F con 6 puntos. Pero mientras que La Academia sumó cinco semanas de entrenamiento, el equipo uruguayo ya jugó 9 partidos. Iván Pillud y Matías Zaracho se perderán el duelo, afectados por el Covid-19, en tanto los charrúas no presentan casos positivos. Sebastián Beccacece está invicto en sus 10 compromisos como DT del conjunto de Avellaneda.

River jugó su último encuentro el 11 de marzo, en el Monumental. Se despidió entonces con una goleada histórica por 8-0 frente a Binacional de Perú. San Pablo, su rival, volvió a la actividad oficial a fines de julio y acumula 13 partidos desde el regreso. Milton Casco se perderá el duelo por dar positivo de coronavirus y será reemplazado por Fabrizio Angileri. Gallardo todavía sufre la partida de Juan Fernando Quintero, que emigró al Shenzhen de China. La zona D la encabeza Liga de Quito con 6 unidades, en tanto River, San Pablo y Binacional acumulan 3.

Hernán Crespo aseguró que sería "un milagro" si Defensa y Justicia logra pasar de ronda. El Halcón perdió sus dos primeros cotejos ante Santos y Olimpia y marcha último en el Grupo G. Debe vencer a Delfín, de Ecuador, para seguir en competencia. El plantel perdió 12 jugadores desde su última presentación oficial y no podrá contar con Nelson Acevedo, por una lesión en el cuádriceps derecho. "Están dadas todas las condiciones para que nos vaya mal y eso tiene que alimentar nuestro desafío", analizó el entrenador.

Por último, Tigre cerrará la jornada visitando a Guaraní, de Paraguay, a las 23:00. El equipo de Néstor Gorosito, que milita en la Primera Nacional del fútbol argentino, también cayó en sus dos partidos por el Grupo B y necesita sumar para seguir soñando. Adquirió 10 refuerzos en el receso por la pandemia, pero, al igual que el resto de los equipos argentinos, no pudo jugar ni un amistoso, mientras que su contrincante disputó 11 partidos oficiales.