Llegaron a Jefatura de Gabinete 20 encuestas del fin de semana. Veinte. Ni tres, ni cinco, ni once: veinte. En ni una el tema Cuadernos aparece mencionado en forma espontánea por la gente. Después, cuando se le pregunta por el tándem Corrupción-Cuadernos, aparece la respuesta políticamente correcta con esa cara de emoji que hacemos todos cuando nos están tomando la lección de Educación Cívica.

Esta data causó fastidio además de preocupación. Es que la hipótesis de trabajo de esa máquina de ganar elecciones que es Marcos Peña es que a 2019 lo va a definir un grupo: la clase media baja. Suponen que los carecientes van a votar a CFK, los prósperos a Macri y que el lugar donde ir a pescar votos es ese río sin orillas donde vive aquel que sabe luquear (ganarse el pan en conurbano dixit) y mira de costado a los planeros. El drama es que cuando las encuestas auscultan 2019 se abre el siguiente panorama: de cada tres votos, dos van a votar contra ésta economía que no los deja luquear y uno va a votar contra la corrupción. Así las cosas el gobierno la tiene complicada.

"De cada 3 votos, 2 van a votar contra ésta economía que no los deja luquear"

“Igual, Cristina no tiene candidatos nacionales”, se consuelan en las oficinas de trabajo de Balcarce 50. “Sigue siendo la reina Máxima de la Tercera (sección electoral)”, ríen, mirando la plaza vallada.

La interna entre la liga de Peña contra Vidal+Larreta está en modo Fortnite. En almuerzo amable entre Mariú, Horacio y Pichetto más asesores, se escuchó decir: “Esta devaluación es recesiva e inflacionaria. Si dura hasta mayo, el verano va a parecer un invierno alla Alsogaray”.

La economía, la misma que hace que 2 de cada 3 votos de clase media le voten en contra, busca afuera lo que no encuentra dentro. En el road trip a New York para ver a los Bobby Axelrod de la vida real, Bausili, Cañonero y Quintana la pasaron mal. Les hicieron el típico tratamiento yankee conocido como “Grilling” que podría ser descripto en buen romance como preguntas directas y desestabilizantes pero en imágenes es más bien como la de los pollos girando en el spiedo. Wall Sreet duda de la capacidad de repago de la Argentina y por eso aconsejó buscar más deuda en forma de préstamos de tres fuentes específicas: China, Estados Unidos y el Club de Paris. Les dijeron que busquen de EE.UU un préstamo como el que recibió Uruguay en 2002 y que vuelvan a pedir a Paris. En el país de Donald Trump, la hipótesis de base es la reelección de Macri y por eso les preocupa el perfil de vencimientos de deuda de 2020 y 2021. El viaje de vuelta a Ezeiza se hizo pastoso, incómodo. Quintana no quería ser el miembro informante en Casa Rosada de la felpeada que les habían pegado en Wall Street. Al final fue Bausili el que hizo el resumen del trip a falta de otras voces. Y cerró: “Pero ojo que a partir de 2025 nos ven bárbaro”. No hubo más comentarios.