Con el allanamiento a las propiedades de Cristina Fernández de Kirchner como foco, la investigación por los cuadernos de Oscar Centeno se ramifica hacia más empresarios y políticos así como también pretenden sumarse más arrepentidos a la cuestión.

Si bien en un principio el mensaje era que no todos podían "arrepentirse” de sus delitos, lo cierto es que el expediente se acerca a los 20 "imputados colaboradores”. Todos, al haber admitido un delito, deberían quedar procesados. 

A los tres empresarios que ayer consiguieron su status de arrepentimiento se le suman los dos que desean y quieren acceder a esa situación. Uno de ellos es José López, que ya declaró el viernes y a quién Claudio Bonadio le pedirá mayores precisiones hoy.

La idea es que pueda involucrar a más personas y subir en la escala de responsabilidades (o sea, apuntar a Cristina y a Julio de Vido). CFK está imputada por ser jefa de la asociación ilícita por lo que cualquier prueba o data que la involucre servirá para fortalecer esa acusación.

El otro que pretende firmar su arrepentimiento es Ernesto Clarens, finacista. Los investigadores creen que sabe más de lo que dijo y que su declaración puede facilitar el camino para encontrar la plata de los sobornos.

A todo esto hay que sumarle el efecto sorpresa: más detenidos y algunos empresarios que pueden presentarse "espontáneamente”. El panorama, dicen los que caminan Tribunales, es impredecible. ¿Cuánto más se abrirá la investigación? ¿Hasta dónde abarcará?  

Otros cuestionan a la ley del arrepentido y su aplicación, al punto de que la comparan con una herramienta extorsiva. Lo puso en la mesa ayer el abogado de Sergio Taselli, Mariano Cúneo Libarona: "Si no sale en libertad, va a mentir y va a involucrar a alguno”. 

¿Cuán creíble es que sólo queden detenidos los que no mostraron interés en arrepentirse? ¿No es contradictorio que se mantenga la teoría de los aprietes por aportes de campaña a la misma vez que se sostiene que existió un club de la obra pública? Los empresarios que quedaron en libertad, ¿podrían obstaculizar la investigación u ocultar pruebas? Preguntas que rondan por las cabezas de varios funcionarios y abogados.

Mientras tanto, la justicia italiana pide tener los cuadernos para una investigación que involucra a Techint y a su titular en un caso sobre sobornos. Paolo Rocca parece, por ahora, a salvo en cuadernos.