Centeno, los bolsos de López y el desafuero de CFK: claves e incógnitas
Con un imputado arrepentido y una investigación a la que todavía le faltan varios capítulos, el escándalo de los cuadernos tiene varias incógnitas que inquietan al mundo político-judicial.
Oscar Centeno ratificó hoy lo que dicen las copias de los cuadernos que llegaron a Comodoro Py y su estrategia está encaminada. La clave de los acuerdos de "arrepentimiento" consiste en aportar información sobre el delito, pero siempre "para arriba". O sea, para involucrar a personas con mayor responsabilidad que él en la maniobra.
Al mejor estilo Vandenbroele, con este arrepentimiento, el chofer se aseguró una excarcelación con la condición de aportar data clave y cierta. A la larga, si esto llega a juicio, le asegurará una condena más leve que a sus "compañeros".
Centeno estuvo con el fiscal de la causa Carlos Stornelli en la búsqueda de más información. Bajo secreto de sumario, se suman las especulaciones y los cuestionamientos. ¿Hay más involucrados? ¿Por qué José López no aparece en la trama? ¿Le correspondía a Claudio Bonadio permanecer en esta causa?
Al mejor estilo Vandenbroele, Centeno, con este arrepentimiento, se aseguró una excarcelación con la condición de aportar data clave y cierta.
El temor de que todo sea cierto (como se rumoreaba hace años y como quedó ligeramente plasmado en otros expedientes que no terminaron de despegar) alertó a varios. Es casi imposible, además, no relacionar todo con los casi US$9 millones en los bolsos de López, otra figura clave de la obra pública.
Los cuadernos tendrán que ser peritados para comprobar que haya sido Centeno el autor, además de chequear la tinta y si se corresponde con las fechas en las cuales habrían sido redactados los escritos.
Pero Centeno es tan solo un eslabón en este expediente. Clave y necesario, pero no puede fundamentarse y solventarse todo únicamente en su relato. Bonadio y Stornelli lo saben y por eso se enfocará todo en darle contundencia al relato del chofer arrepentido.
Mientras tanto, en una estrategia habitual, los empresarios detenidos se negaron a declarar. Es normal que suceda, pues en la mayoría de las causas se considera que a esta altura no están a su disposición las pruebas. Hablar siempre es negocio para el que escucha más que para el que habla.
Los detenidos serán alojados bajo un régimen especial dentro del servicio Penitenciario Federal que se encarga justamente de lidiar con los implicados en delitos complejos.
Roberto Baratta ya conoce el IRIC (Intervención para la Reducción de Índices de Corruptibilidad) pues durante su estadía anterior en la cárcel estuvo en ese régimen. La clave es que son agentes que están preparados para lidiar con personas que tienen poder o altos recursos económicos.
Pero la causa tiene otra gran protagonista. Cristina Fernandez de Kirchner cerrará la ronda de indagatorias dentro de diez días. Otra vez estará cara a cara frente a Bonadio. Bah, ni siquiera, pues generalmente el juez no va a las indagatorias de la ex presidenta.
Las posibilidades de que CFK presente un escrito son altas, más que nada si se tienen en cuenta las veces que fue hasta Py para declarar. El cuestionamiento a Bonadio (no es la única que lo hace) es más que esperable.
El pedido de desafuero también lo es. El juez ya lo pidió en la causa por el Memorándum con Irán y no prosperó, sigue stand by en el Senado. ¿Motivarán los cuadernos una votación que pueda llevar a Cristina a la prisión?