Contexto, timing y nuevo paradigma: pierde Boudou con la Justicia que premia a arrepentidos
Amado Boudou ya sabe lo que es la cárcel. Estuvo preso en un pabellón del penal de Ezeiza desde noviembre de 2017 hasta enero de este año por orden de Ariel Lijo. Esa primera detención fue prácticamente cinematográfica y totalmente sorpresiva. Esta vez, la decisión judicial se rumoreaba y hasta se hacían apuestas sobre esa posibilidad.
La condena por los delitos de cohecho y negociaciones incompatibles con la función pública era casi previsible. La instrucción que hizo el juez Lijo sobre la responsabilidad del ex vicepresidente de la Nación en el salvataje de la calcográfica Ciccone parecía sólida y lo fue.
No se conocen los argumentos de los jueces del Tribunal Oral Federal Nº4 todavía (habrá que esperar hasta el 3 de octubre), pero quedó claro que las críticas que hicieron las defensas no fueron efectivas frente a la acusación que hicieron la fiscalía y las querellas de la UIF y la Oficina Anticorrupción.
¿Por qué la detención inmediata? Dos de los jueces (Pablo Bertuzzi y Nestor Costabel) consideraron que podía existir riesgo de fuga en los casos de Boudou, su amigo José María Nuñez Carmona y Nicolás Ciccone. A eso le sumaron un entorpecimiento por el temor de que "presionen" a testigos. La jueza Gabriela López Iñiguez no coincidió con esta decisión de sus colegas. Tampoco con los montos de las penas
¿Detenido yo?
¿Estuvo Boudou alguna vez fuera del alcance judicial? Como en noviembre, la situación no ha cambiado: se presentó en cada una de las citaciones a las que fue requerido y no fue denunciado en ningún momento por entorpecimiento. A esto se le suma que, en la mayoría de los casos, cuando los imputados llegan en libertad al juicio, los magistrados deciden esperar a que la condena quede firme para detenerlos.
No hay que confundir pena de prisión efectiva con condena firme. La primera cuestión se refiere a las condenas que superen los tres años de cárcel, o sea, que tarde o temprano deberán ser cumplidas (hay excepciones, por supuesto). Si te condenan por primera vez a dos años y medio de prisión, no vas a la cárcel a menos que incumplas con las reglas de conducta que te fijó el tribunal.
En el caso de la condena firme, se sostiene que el fallo condenatorio debe ser revisado por una instancia superior y que quedará firme cuando se acaben las posibilidad de "quejarse" que tiene la defensa. Un ejemplo de esto son las condenas por la Tragedia de Once que fueron confirmadas por Casación y están en una instancia de queja ante la Corte.
La condena de Amado es efectivamente de prisión efectiva: 5 años y 10 meses. Podría pedir salir antes si tiene buena conducta y cumple con los requisitos. Obviamente, la defensa del ex vice va a plantear ya mismo que la prisión no tiene fundamentos. Habrá que ver qué opinan los jueces de Casación.
Entonces, ¿por qué si, generalmente, se espera a que la condena quede firme, Boudou quedó preso? Todos los caminos conducen a un cambio de paradigma oculto entre esos motivos formales y procesales. El reclamo de que "los corruptos deben ir presos lo más pronto posible" pesa. Bastante. Contexto y timing ante todo.
El gran ganador (si así puede decirse) es Alejandro Vandenbroele. El arrepentido estrella que, en realidad, nunca se arrepintió en esta causa. Si lo hizo en otras tres que están en instrucción pero este expediente ya estaba en juicio así que era imposible que lo hiciera. No hubo colaboración en el marco del arrepentimiento.
La fiscalía había pedido tres años para él y las querellas entre uno y un año y medio. El Tribunal decidió darle dos de prisión, lo que lo deja fuera de la misma, pero con la condición obligatoria de que realice tareas comunitarias. Parece negocio ser una especie de arrepentido.
Ciccone fue uno de los primeros grandes problemas judiciales del kirchnerismo. Antes, los había esquivado con más o menos escándalo. Marcó un quiebre con ciertos sectores judiciales. La instrucción demoró cinco años. De mayo de 2017 a agosto 2018 se hicieron los pasos previos al juicio y el debate. Otra vez, los tiempos son todo.