Hidrófonos, la ayuda de Putin y una falsa amistad: días críticos para las FFAA
La desaparición del submarino llegó a su noveno día y ya no se especula con la reserva de oxígeno. Los familiares cargan contra los operativos de la Armada y el Gobierno prometió una depuración profunda.
La desaparición y búsqueda llegó a su noveno día y ya no se especula con las reservas de oxígeno del Submarino ARA San Juan ni los métodos para conservarlo de manera óptima. Entre el último parte informativo del miércoles y el primero del jueves se fueron -en gran parte- las esperanzas de encontrar a los 44 tripulantes con vida. Y ya no fue una cuestión central el oxígeno.
Las especulaciones, las conjeturas y las teorías viraron hacia una situación irreversible: la implosión del ARA San Juan.
Hidrófonos y sismógrafos
La "anomalía hidroacústica" que se tradujo a las pocas horas en la explosión de la embarcación arrasó con la fe de aquellos que ansiaban un desenlace feliz en esta película de terror que comenzó el miércoles 15 por la mañana y recién al día siguiente se proyectó (y sigue hasta hoy) en todos los canales.
Desde la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares detectaron la explosión a las 10:51 del miércoles 15. Sin embargo, una semana tardaron desde la organización con sede en Viena, Austria, en informar al Gobierno Nacional.
La ayuda de Putin
El mismo miércoles por la tarde el presidente de la Nación, Mauricio Macri, mantuvo una conversación telefónica con su par ruso, Vladimir Putin, quien ofreció cooperación en la búsqueda y el rescate del Submarino. El Presidente argentino agradeció el ofrecimiento y Putin puso a su disposición un buque oceanográfico de alta complejidad, de gran utilidad para este tipo de operaciones.
A su vez, horas más tarde, y con la confirmación de la explosión, el ministro de Defensa de Rusia -por orden expresa de Putin- dispuso el inmediato traslado de un pequeño submarino de rescate y demás herramientas en un avión Antonov que aterrizó en suelo argentino durante la madrugada del viernes.
La desolación
Aún con la ayuda y colaboración de 14 países todavía no se localizó el navío extraviado y son pocos los que creen en un milagro. Minutos después del primer parte del jueves, los familiares expresaron su dolor y conmoción en la Base Naval de Mar del Plata, donde se encontraban alojados y concentrados para recibir todas las actualizaciones sobre el caso.
Además, algunos incluso comentaron que miembros de la Armada les aseguraron que "están todos muertos" debido a la explosión. El clima en el regimiento mutó -lógicamente- de la tristeza a la bronca y abandonaron el lugar para regresar a sus hogares.
La falsa amistad
Horas más tarde, el capitán y vocero de la Armada Argentina, Enrique Balbi, brindó el último parte del jueves en un burdo intento de lavar culpas y arrastrar consigo al Gobierno Nacional, aclarando que actúan en conjunto e informando todos sus movimientos.
La relación entre las Fuerzas Armadas y el ministro de Defensa, Oscar Aguad, ya era bastante tensa antes del caso. Ahora, el Ministro inició 40 sumarios y prometió (al igual que la Justicia) investigar hasta el último detalle para conocer los errores que desencadenaron en una tragedia nacional.
Luego de reiterar el desconocimiento del paradero del submarino y culpar al periodismo de tergiversar sus dichos y realizar apreciaciones sin la debida rigurosidad, Balbi intentó exhimir a su fuerza de cualquier (ir)responsabilidad. "A los familiares se les leyó el informe tal cual lo recibió de Austria la máxima autoridad", comenzó.
Vocero de la Armada: "Ninguna unidad de la Armada zarpa si no está en condiciones operativas"
Y agregó: "Ninguna unidad de la Armada zarpa o decola si no está en condiciones operativas de navegar o volar con seguridad", haciendo una clara referencia a las teorías sobre el estado y el mantenimiento de la embarcación.
Finalmente, negó cualquier tipo de demora en la búsqueda ."La Armada aclaró que se cumplió el plan en tiempo y forma, siguiendo el protocolo de las normas internas homologadas internacionalmente", concluyó.
Pese a cualquier intento de exculpar a la Armada, la Casa Rosada hizo propia la batalla con las FFAA y prometió depurar las cúpulas de éstas, según reveló Julio Blanck en TN. Eso sí, se hará una vez terminado el caso.