Cristina Kirchner atraviesa su peor año en términos judiciales. Y las próximas dos semanas hasta que comience la feria no serán la excepción. Ayer, antes de los incidentes y la represión en el Congreso, dos fiscales pidieron que vaya a juicio por favorecer a Lázaro Baez. A esto se le suma la intención de la Cámara Federal de resolver cuánto antes la causa por la denuncia de Alberto Nisman.

Los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques consideraron que fue la jefa de un asociación ilícita que se encargó de defraudar el Estado a la vez que beneficiaba con obra pública vial a Báez. La decisión ahora está en manos del juez Julián Ercolini, el mismo que la llamó a indagatoria por Hotesur. Su decisión de enviar a juicio a Cristina podría llegar antes del viernes que viene. En sus manos, tiene también la causa “Los Sauces”, donde Claudio Bonadio procesó a la actual senadora también por asociación ilícita.

Una de cal y otra de arena

Mientras la represión y los piedrazos a la policía copaban las redes sociales y la televisión, el juez Sebastián Casanello volvió a rechazar que Cristina tenga que ser indagada en la causa conocida como “la ruta del dinero K”. Si, en ese expediente por el que está preso Lázaro.

La Unidad de Información Financiera le había insistido a Casanello con la indagatoria de la ex presidenta y había conseguido que la Cámara Federal (a través de Martín Irurzun y Eduardo Farah) lo presionara para que justificara su decisión de no citarla. El juez lo que aseguró es que no hay pruebas en este expediente contra CFK, más allá de las imputaciones que tiene en otras causas.

Mientras tanto, Bonadio espera sentado el fallo que la Cámara Federal dictará en la causa por el memorándum con Irán. Otra vez, Irurzun y Farah serán los que tengan en sus manos el futuro de Cristina. 

A las 10:15 comenzó la audiencia contra los procesamientos y las detenciones. Cinco horas después, las defensas continúan con la exposición de las falencias e inconsistencias del fallo de Bonadio. La intención de la Cámara es cerrar el año con una resolución. Le quedan siete días hábiles. ¿Llegará?