Casi 300 personas y seis manzanas debieron ser evacuadas por una fuga de amoníaco este lunes en un frigorífico en el barrio porteño de Barracas. Alrededor de 45 víctimas fueron asistidas con oxígeno y 14 fueron derivadas a centros asistenciales porteños y están fuera de peligro, confirmó el titular del SAME.

Personal de Bomberos y de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad trabaja en el cruce de las calles Lafayatte y Santo Domingo para obturar cualquier riesgo tras el desperfecto en un compresor destinado a la refrigeración. 

“No tenemos la causa, se está trabajando sobre uno de los compresores del cual se evadía lo que sería el fluido gaseoso de amoníaco en su estado de expansión”, explicó uno de los integrantes del SAME que operaba en el lugar.

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"Prácticamente 300 personas se evacuaron, a 45 de ellas les suministramos oxígenos, los controlamos. Un total de 14 fueron trasladados por precaución a los hospitales Durand, Ramos Mejía, Penna y Argerich. Están fuera de peligro", aseguró Alberto Crescenti, titular del servicio de emergencias de la ciudad de Buenos Aires. 

Los bomberos perimetraron toda la zona como medida preventiva, en tanto operadores con trajes de protección se dedicaban a "las tareas de detección y control". A su vez, confirmaron que todos los operarios que estaban al momento de la fuga fueron evacuados, junto con los de otras fábricas aledañas.

"Se solicitó a los residentes de inmuebles linderos que cierren las ventanas y puertas para evitar el ingreso de contaminante", detallaron los socorristas.

A pesar de que la explosión no generó un incendio, el objetivo de los bomberos fue ingresar para detener el escape en el compresor y cerrar las válvulas anterior y posterior de paso del fluido.

“El amoníaco es un irritante de las vías aéreas superiores: ojos, tráquea, bronquios… También produce manifestaciones gástricas”, explicó Crescenti, quien lideró un importante operativo de asistencia ante la emergencia: “Al principio declaramos el alerta rojo en varios hospitales porque concurrimos casi con 30 equipos entre ambulancias, unidades de oxigenación, motos médicas, médicos de triaje. Por suerte, la situación está controlada”.

El titular del SAME añadió que gracias a que “hay mucho viento, por suerte, que va a disipar rápido" la sensación de irritación que produce este gas tóxico cuando está presente en el ambiente.