Hace casi 20 días, el Senado comenzó un difícil camino hacia la penalización de la tenencia de imágenes sexuales en las que estén involucrados menores de edad. La Comisión de Justicia y Asuntos Penales tiene en estudio varios proyectos que buscan modificar el artículo 128 del Código Penal, que actualmente persigue únicamente a quienes producen y distribuyen pornografía infantil.

Argentina ocupa el puesto número tres en el ranking mundial de pornografía infantil

Argentina ocupa el puesto número tres en el ranking mundial de consumo de pornografía infantil.

"El simple hecho de violentar el derecho a la intimidad de nuestros niños, con la simple tenencia podemos tipificarlo”, explica el Senador Nacional de Catamarca, Dalmacio Mera, uno de los principales impulsores del cambio en la ley.

Argentina provee tanto de material como de personas para la producción de material pornográfico. Es que, una foto que "explota” en Rusia puede estar vinculada con una red de trata de El Salvador, por lo que la investigación y es rastreo se vuelve más complicado.

"Hay que capacitarnos. Porque somos más ignorantes que nuestros hijos en materia digital. A veces, la persona que uno jamás diría que es abusador, que jamás pensaría, puede llegar a serlo”, explaya el Senador que dice que quienes ven este tipo de porno, muchas veces, están relacionados con su producción, redistribución y redes de trata.

Las personas que acceden a ver pornografía infantil presencian violaciones a niños de entre 0 y 4 años.

Daniela Dupuy trabaja en la Fiscalía 12 de la Ciudad de Buenos Aires y dice que las personas que acceden a la pornografía infantil llegan a ver films donde hay violaciones a niños de entre 0 y 4 años. 

"El perfil de los consumidores de este material suele trabajar con niños. Tiene conocimientos de sistemas informáticos y mucho tiempo libre en su casa”, señala sobre quienes se ocultan detrás de las pantallas. 

Si aumenta demanda, también debe subir la oferta. Tal es así que, para generar más material, se producen más abusos y se fortalecen las redes de trata del mundo entero. 

El Grooming

Contrario a lo que podía pensarse, no hay un perfil marcado de niños que padecen abusos o grooming. No hay distinción en el grado de educación o estrato social. "Todos podemos tener hijos en relación de víctima”, explica, por eso sostiene la importancia de poner en acción el plan Budapest, que implica la cooperación de todos los países para encontrar a los sospechosos desde diferentes partes de la tierra. 

Emiliano Zárate, auxiliar de la División Análisis de Inteligencia Informática de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, aseguro que el groomer pone al niño contra sus padres. "Existen manuales de groomer, donde punto a punto, tiene un índice en donde podes leer cómo engañar a niños por clase social y hasta las redes sociales que los chicos usan”. 

Un caso en primera persona

Rosa Castro es de Cipolletti, Río Negro, y su hija fue víctima de grooming cuando tenía 13 años. Después del traumático episodio de convirtió en la vicepresidenta de la ONG "Mamá en línea” que alerta, enseña y acompaña a personas que atraviesen (o puedan atravesar) situaciones similares. 

"Se prensentaba desnudo en la red e invitaba a mi hija a hacer lo mismo. Decía que tenía 14. A mi hija la salvó poder contarlo"

"Se presentaba desnudo en la red y la invitaba a hacer lo mismo. Decía que tenía 14 y se llamaba Juan Manuel. Un día la citó para tener sexo, lo dijo con palabras más fuerte, y en ese momento mi hija me contó lo que estaba pasando. A mi hija la salvó el poder contarlo”, recuerda Castro.

A pesar de bloquearlo de las redes, su hija mayor, comenzó una investigación con sus amigos y dio con el groomer, era el hijo del jefe de su madre, dueño de una farmacia. 

"En septiembre me despidieron sin motivo. Lo denuncié en una fiscalía”, cuenta la madre. Sin embargo, el abogado del acusado le dijo que "como el grooming no era delito en Argentina no se hacía problema”. 

Un año después de una condena "en suspenso”, el groomer continúa atendiendo su farmacia sin ningún problema legal y Castro da charlas en colegios e iglesias porque, aún, no hay una ley que la apoye.