Un jardín, árboles y estar al aire libre parece el deseo de los que pasan la cuarentena en departamentos, lejos de la naturaleza. La pandemia fue el puntapié para repensar la importancia del hogar, cómo obtener una mejor calidad de vida y las prioridades. El 50% de los habitantes de la Ciudad se iría a vivir a otro lugar, si pudiesen, según el último informe del Observatorio Gente en Movimiento.

Este cuarto estudio sigue indagando sobre la calidad de vida de las personas que pasan el aislamiento en la city porteña. Solo el 2% no sabe si dejaría de vivir en la Ciudad y el 48% restante, se quedaría.

La mayoría de las personas que sí vivirían en otro lugar tienen entre 16 a 50 años. En ese grupo etaria, el 55% votó a favor de mudarse a las afueras. Mientras que el 50% de los encuestados de entre 51 y 60 años se iría. El deseo por abandonar la ciudad porteña cae con el paso de los años: el 39% de los mayores de 60 años se mudarían.

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"Volvimos a ver al hogar desde un lugar más sagrado y relevante en nuestra vida, y no cómo un lugar de paso para comer y dormir", sostiene la psicóloga Soledad Fernández Díaz. Y agrega: "Cambió nuestra visión también porque todo comenzó a hacerse en formato online desde la casa".

Ante este nuevo panorama, la terapeuta considera que "necesitamos disfrutar y valorar más el donde estamos".

Por la cuarentena, muchas personas empezaron a mirar con mejores ojos la posibilidad de mudarse a una casa, en las afueras de la ciudad y en lejos de la aglomeración de individuos. Sobre esta cuestión, la terapeuta Beatriz Goldberg afirma: "Cambió la mentalidad de las personas en cuanto a la escala de valores del lugar que habita y la forma en que viven".

Los habitantes de la Ciudad pasean por Palermo en sus salidas recreativas. Foto: NA/JUAN VARGAS.
Para la especialista, la pandemia hizo que mucha gente se replantee irse a vivir a otra ciudad o país.

"Los que viven en lugares reducidos, pero que no les importaba el espacio porque pasaban mucho tiempo afuera, ahora valoran más la casa. Condujo a que inviertan en nuevos muebles o objetos para vivir con más confort", explica.

Apuesta a la playa en la pospandemia

"No es necesario irse del país para cambiar el estilo de vida", dice el intendente de Pinamar, Martín Yeza. Desde la ciudad de la costa Atlántica notaron que las consultas en los colegios privados aumentaron y las personas migraron a las casas que tenían a orillas del mar.

Frente al gran interés que despertó el aislamiento en dejar la city porteña, Yeza vio la oportunidad de relanzar la marca de Pinamar. Sobre esta cuestión explica: "La diseñamos para la poscuarentena con la finalidad de que las personas que piensan en vivir en ciudades similares a Pinamar, elijan esta ciudad".

El intendente considera que la pandemia generó dudas sobre "qué es la vida y porqué hacemos lo que hacemos". Hace hincapié en "ciertos valores se relativizan para los que tienen un estándar económico bueno". Su mensaje es claro: ¿Para qué tenes tantas casas si al final te tocó estar en un departamento durante la cuarentena?

La costa argentina con grandes chances de recibir nuevos habitantes.

Las mudanzas desde la ciudad porteña a otra de la provincia de Buenos Aires se dieron en la última década. Esto llevó a que Pinamar sea la ciudad que más creció demográficamente de 2010 a 2020: el padrón electoral aumentó un 84%. También el impacto positivo le tocó a Villa Gesell (80%) y a Tandil (65%).

A diferencia de la población de Mar del Plata (a donde gran cantidad de jubilados se mudan), el 55% de la gente que vive en Pinamar tiene menos de 40 años. Para el 2017, en la Feliz, el 25,8% de los habitantes tenía más de 60 años, un 3,3% más que en el resto del país.

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Naturaleza a pocos kilómetros de la Ciudad

El 67% de los encuestados por el Observatorio Gente en Movimiento considera que la cuarentena hubiese sido más llevadera en espacios verdes. Lejos quedó el 26% que contestó en contrario, mientras que los restantes no saben si hubiese mejor estar en medio de la naturaleza.

La mayoría que hubiese elegido pasar el aislamiento al aire libre se visibiliza en la gran concurrencia a los parques de la Ciudad. Las salidas recreativas de los chicos y las actividades deportivas dan que hablar por la aglomeración de personas.

"Me encantaría dejar de vivir en Capital para tener un estilo de vida más tranquilo, aunque no viviría en un pueblo", dice Constanza Darrigrán. Aunque destaca que se deben dar las condiciones laborales para hacer ese cambio. Lo mismo opina Brenda Opoka, le fascinaría vivir en las afueras, pero "está atada a la Ciudad por su trabajo".

Porteños en busca de espacios verdes. FOTO: NA/ DAMIAN DOPACIO.
Un relevamiento realizado por Zonaprop concluyó que el 90% de los encuestados quiere mudarse después de la cuarentena.

Como consecuencia del mayor tiempo en el hogar, el 71,1% de los encuestados invertiría en él, en vez de viajar o hacer otro tipo de gastos.

La idea de vivir en una casa más grande y cómoda también se vio reflejada en el estudio. El 31,4% de los consultados está interesado en mudarse a un hogar más amplio cuando termine el aislamiento. A su vez, el 18,3% quiere mudarse a lugares próximos a la naturaleza.

¿Qué buscan los jóvenes?

"Me iría en unos años de esta ciudad infernal", sostiene Fátima Nieves. Su historia es particular y la hace reflexionar en dónde vivir. Se crió al lado del mar y el campo, y aunque siempre le pareció aburrida esa vida ahora la extraña.

El tener más tiempo para pensar y pasar casi todo el día en el hogar, la llevó a la joven editora a replantearse a dónde mudarse. "Es inviable vivir tan apretados, sin verde ni aire puro", afirma. Aunque "ama la vida en la city porteña y en las grandes ciudades", por la pandemia se imagina más viviendo en Montevideo o la patagonia argentina.

La vida acelerada de los porteños condujo a muchas personas a querer mudarse y tomar la decisión final en plena cuarentena. "Las personas empezaron a buscar más tranquilidad y comodidad, si tienen la oportunidad. Gracias a los emprendimientos propios pudieron irse de Capital", explica la psicóloga Fernández Diaz.

Con la mirada puesta en los barrios privados de la provincia de Buenos Aires. Foto: NA/ MUNICIPIO DE TIGRE.

"Nos habíamos acostumbrado a correr sin poner pausas, pero la cuarentena invita a la reflexionar y mirar al interior. Nos preguntamos si queremos seguir llevando una vida a mil", explica la especialista. Y agrega: "Por estar en una zona de confort y ante la incertidumbre del COVID, puede cobrar más fuerza la posibilidad de vivir más tranquilo".

El trabajo como elemento determinante

"Si tuviese oportunidad laboral fuera de Capital, me mudaría. La inseguridad, el caos de ruidos y el transporte me tienen harta", sostiene Opoka. No cree una opción viable viajar todos los días desde la provincia de Buenos Aires a la city porteña donde trabaja.

Para ella, como para tantos otros, salir de la ciudad de la furia le daría mayor bienestar mental. "Amaría vivir en medio del campo pero ¿de qué viviría?", aclara. Al igual que Melani Vila (también diseñadora gráfica) optaría por cruzar al charco y mudarse a Uruguay.

Cabo Polonio, Uruguay.

Les parece imposible vivir en alguna ciudad de la costa argentina, dado que "durante la temporada no podes estar en paz". La búsqueda por migrar a un lugar con playa, montañas y con posibilidades de conseguir trabajo se volvió un objetivo de esta cuarentena.