De la peste negra al coronavirus: las pandemias que cambiaron la historia
Aislamiento, cierre de fronteras y falta de vacunas, cualquier semejanza con la realidad, no es mera coincidencia. ¿Qué similitudes y diferencias tiene el Covid-19 con otras pandemias a lo largo de los tiempos?
Las pandemias son parte de la historia de la humanidad, y la forma de combatir los contagios y muertes siempre ha sido el aislamiento. "Comenzó en el siglo VI con los enfermos de lepra y hasta la actualidad ha resultado efectiva en las mayoría de las epidemias", explicó la historiadora Patricia Lasca a El Canciller.
De hecho, en el año 1348, funcionó en plena Edad Media con la peste negra, que llegó por medio de la Ruta de la Seda. El comercio de telas entre Europa y Asia "inició el origen de la plaga, naturalmente, cerraron los puertos y las naves para el comercio. Además, quemaban las ropas de los infectados y se impedía el paso de gente a zonas afectadas", indicó la historiadora.
Estas medidas se asemejan a las vigentes hoy día, con el cierre de fronteras y la prohibición de vuelos hacia países con circulación del virus. En el siglo XIV esta plaga se transmitía a través de las ratas, el nexo con el humano eran las pulgas que viajaban entre las telas que se usaban como vestimenta. En este sentido, Lasca definió: "El comercio que unió continentes, fue lo que trasladó la peste".
Por su parte, el licenciado en biología molecular, Rodolfo Arias, relató a este medio que "el virus, Covid-19, tiene una tasa de mortalidad muy baja en comparación con las enfermedades históricas". Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el porcentaje de fallecimientos que se registra por coronavirus es del 5% aproximadamente, del total de los casos confirmados.
Volviendo en el tiempo, la peste negra puso en jaque el sistema feudal de Europa occidental. "Se planteó un nuevo orden social, político y con bases pre capitalistas, ante la muerte de, al menos, 25 millones de personas", indicó la historiadora. Tardaron tres tres siglos en recuperarse.
Arias, quien es becario del Conicet, señaló que "siguen existiendo epidemias endémicas en algunas zonas como la fiebre amarilla. Ante la falta de vacunas y políticas de salud pública, la mortalidad de estas enfermedades podrían llegar hasta un 50%". Buenos Aires en 1871 tuvo un brote de esta enfermedad donde fallecieron 13.646 personas, es decir, el 8% de la población de esa época.
Lasca relató que los hospitales y cementerios estaban colapsados. Mientras las clases acomodadas huían hacia el campo, el Gobierno de ese entonces reactivó el Lazareto de San Roque, que hoy es el Hospital Muñiz y se creó el cementerio de La Chacarita.
También, se vieron frente a la necesidad de mejorar la salud pública. Tomaron nuevas medidas de higiene, hubo un desarrollo de la medicina preventiva, construcción de hospitales, redes de agua potable y cloacas. "Recién veinte años después se descubrió que la enfermedad se contagiaba a través del mosquito Aedes Aegypti", concluyó.
Antecedentes del coronavirus
Otra particularidad de las pandemias a lo largo del tiempo son los rebrotes. El biólogo aclaró que "justamente este virus es una cepa mutada del SARS que apareció en 2002 en algunos países de Asia como China y en la región de Hong Kong". De acuerdo con Arias, la novedad está en que "tiene mucha facilidad de transmisión, pero no es tan letal como el anterior".
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Igualmente remarcó que las mutaciones suceden cuando el agente infeccioso ingresa dentro de un organismo. El coronavirus introduce su material genético en el interior de la célula y empieza a indicarle que produzca más. "Cuando eso pasa, puede ocurrir una mutación que provocaría una mejora en sus sistemas de defensa", describió.
"Esas nuevas cepas con características diferentes podrían conferirle cierta protección frente a fármacos, resistencia a distintas situaciones o que lo hagan mucho más viral", agregó el becario del Conicet.
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En estos momentos la comunidad científica corre contra el tiempo para cerrar otro capítulo que quedará marcado en la historia de la humanidad. Patricia Lasca concluyó que "la mayoría de los Estados se pronunció por la vida, y tomaron medidas extremas para frenar los contagios. Muchos pronostican que esta pandemia, que tiene al mundo en vilo, nos introducirá en una 'nueva era'”.