El mundo teme una guerra entre dos potencias: China y Estados Unidos. Así lo demostraron las bolsas comerciales más importantes del planeta. Ayer, se desplomó Wall Street y hoy amanecieron en rojo los mercados de Shangai, Tokio, Londres, Fráncfort, París y Madrid. Todos los movimientos de acciones comerciales consecuencia de un latente conflicto entre Trump y Xi Jinping.

Tras el anuncio a mediados de marzo del gobierno de Estados Unidos informando los nuevos aranceles a la importación de aluminio y acero, China respondió con una medida similar. "China no teme en absoluto una guerra comercial", había advertido desafiante el ministro chino de Comercio la semana pasada.

Ese mismo día, el presidente Donald Trump les respondió firmando una Resolución que orienta a elaborar en 15 días una lista de productos chinos cuya importación pasará a ser objeto de pesados aranceles. Un valor que podría llegar hasta los 60.000 millones de dólares.

Durante el viernes santo, Pekín auguró las represalias y ayer se conoció la lista de 128 productos sobre los que aplicará tasas de aduana del 15% o del 25% si las negociaciones con Washington no llegan a buen puerto.

Para Trump, el conflicto se basa en una "agresión económica de China y una competencia desleal en el robo de la propiedad intelectual”. El gobierno alega que empresas estadounidenses son forzadas a repasar tecnología, patentes y propiedad intelectual para operar en China, y ello constituye "competencia desleal" que motiva la adopción de medidas comerciales.