"No formamos parte ni del amiguismo, ni del nepotismo, ni de encubrimiento judicial alguno”. Así de picante volvió Elisa Carrió de sus vacaciones y dejó en claro que no está contenta con la decisión que tomó el Estado en el juicio por el encubrimiento al atentando a la AMIA. El destinatario de su enojo es el ministro de Justicia, Germán Garavano. Además, la líder de la Coalición Cívica admitió que no habla con él desde el año pasado.

La semana pasada, la querella que representa al Estado, decidió no acusar a los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. La decisión, tal como contó El Canciller, termina de consolidar una política que, desde el comienzo de la gestión Cambiemos, tuvo ciertos guiños hacia los ex fiscales y varias polémicas en el medio.

El enojo de Carrió no es nuevo: ya cuando la abogada Mariana Stilman (cercana a Lilita) renunció a representar la querella en el juicio, había lanzado críticas al ministro. Stilman acusó a Garavano de no estar interesando en "llegar a la verdad de los hechos investigados”. Esto convirtió a la querella del Estado (que debería acusar y confrontar con los acusados) en una parte silenciosa, observadora.

La semana pasada, cuando por orden del Ministerio se desplazó al abogado que iba a empezar con el alegato contra los acusados (entre los que están Carlos Menem y Juan José Galeano), la querella de Memoria Activa habló de un pacto de impunidad. En la pelea, está inmerso también el titular de la Unidad AMIA Mario Cimadevilla, a quién el ministro hace rato quiere desplazar.

La abogada Stilman seguía en la Unidad trabajando en el juicio, aunque no fuera a las audiencias, como apoyo del trabajo que se realizaba. Pero hoy presentó su renuncia y automáticamente Carrió salió con el comunicado, que no sólo hace hincapié en la no acusación sino en las relaciones del ministerio de Justicia. "Esto se ve agravado debido a los numerosos rumores acerca de los vínculos de amistad entre los ex fiscales y los integrantes del ministerio de Garavano”, subrayó.

"Ni Elisa Carrió ni la CC ARI están dispuestos a manipular una acusación en una causa judicial y por ninguna razón avalan los condicionamientos y presiones que han recibido los letrados”, marcó Carrió. Y dejó lo mejor para el final: exigió que Garavano de explicaciones sobre porqué se había afectado la acusación y que, ya el año pasado, había advertido sobre la posibilidad de efectuar "acciones ante eventuales excesos de poder”. 

Está claro que lo central para el ala macrista del Gobierno es la causa por el Memorándum y la acusación contra Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento. El juicio actual toca demasiados intereses desde políticos hasta económicos. La trama del atentado siempre involucró muchas sombras, lo que generó justamente que este juicio por encubrimiento exista.