Retrato por la espalda de Mostaza Merlo

El amigo con anteojos de Mostaza Merlo es parecido a un Alain Delon que conoció sustancias de menor quality.

Mostaza es California 1995, la esperanza fluo. Mostaza volvió celeste pastel la tristeza racinguista.

Exultante Mostaza y sus dos amigos que lo aman en el ex Salvame María, altos de Belgrano. Iba a tomar el té con torta acá, pero seguí cuando vi al Rat Pack. Después volví. El amigo sin anteojos está concentrado en absorber la porción de mirada que le toca cuando lo fichan a Merlo.

Un amor de perro sabueso babeante, Mostaza, un geiser de optimismo, de alegría con sonido de Rambler carburando.

Mostaza color zanahoria, ya medio parecido a su vieja seguramente, pero ahora el galán perfecto, educado al milimetro, que hace reir a la moza porque se copa con la people.

Mostaza es el Bambino del lado de la luz. Cuando le da efecto arriba suspicaz a las cejas parece un malo de Batman. Se tomaron un blanquito frio, pienso que propineó bien

Mostaza es una invitación permanente al saludo. Un poco lo miro en vez de tirarle el rayo frío del esnobeo, porque apenas mirado Mostaza está en confianza y no nota que lo miro para resolver media columna, pero también fascinado de ganas de ser su amigo y hacer la vida de jubilados prósperos por los bares. Mostaza y los amigos comentan los puteríos del futbol y se ríen sin maldad, tienen amor sano por el chisme.

Retrato bully del Central Banker Sandleris

A Sandleris le hacían bully en la primaria. Es obvio, lo siento con energía animal en el cuerpo, como algo que vino conmigo y se ecualizó para arriba en las inferiores del campo de batalla en el patio con baldosas acanaladas y un árbol en el medio de la Escuela Constancio C. Vigil número uno, Pinamar.

Le hace bien a la Argentina que al dólar vaya a pararlo un normal de los que sobreadaptaron a monstruos para poder disfrutar mínimamente en esta patota de país. Le va a salir bien, al tipo, me dice el Economista del Rostro Perfecto, que no llegó a la primera de River por falta de interés.

Básicamente tuvo las bolas para poner unas reglas muy rígidas, fáciles de entender y estrictas para bajar el dólar, me dice. El Economista del Rostro Perfecto que está seguro que para la Selección también tenía una chance, cree que Sandleris baja la tasa en diciembre, se convierte en héroe y no le importa que lo acusen de ser un títere del IMF.

Sandleris está poniendo la carita y no se incendia, nos cagó a todos dice, y ya medio aburre la competencia entre economistas por ver quién es el papá de Tarzán.

Una vez lo crucé a Sandleris en Aldo´s, venía almorzar con Lucas Llach. Esa y un par de veces más que lo vi me pareció medio aparato. El treinta por ciento de las veces que hablo con alguien me siento casi paralizado porque no sé si estoy siendo normal Siempre pienso que peor la pasan los señaladores de anormales, que en general cargan la asfixia de tener una armadura plástica como la de los muñecos Topi, que tenían menos gracia que un Playmobil, en los ochenta, pero al menos tenían una base redondeada que les permitia hamacarse y no caer.

Sandleris algo está oliendo y para ganar perspectiva empuja la pera algo para adelante y para arriba, dicen que tiene una formación sólida en la economía razonable, la de Mercado, hecha más plástica por un corazón heterodoxo con cosas frepasistas.

Será medio weirdo pero tiene barrio el central Banker. Cuando pasaba por la oficina 501 del MECON camino a una conferencia de prensa en el Microcine siempre se quedaba hablando un rato con los muchachos de la planta permanente.