En las últimas horas, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, lanzó un nuevo comunicado en el que declaró la viruela del mono como una "emergencia internacional" y pidió a las autoridades de los países que ya registran casos que aumenten la vigilancia, compartan información y ayuden en la distribución de vacunas.

Tras confirmarse un caso en Suecia, el etíope recomendó a las autoridades de Salud Pública de la Unión Europea que mantengan "altos niveles de planificación y actividades de información que faciliten la detección y respuesta rápida".

"La identificación de la primera infección del clado 1b mpox en Suecia subraya la necesidad de que los países afectados aborden el virus juntos", escribió el directivo en su cuenta de X.

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En el mismo hilo, agregó: "Alentamos a todos los países a mejorar la vigilancia, compartir datos y trabajar para comprender mejor la transmisión; compartir herramientas como las vacunas; y aplicar las lecciones aprendidas de emergencias de salud pública anteriores de importancia internacional para abordar el brote actual".

Días atrás, cuando la OMS declaró la emergencia sanitaria internacional, el director del organismo hizo referencia a que la transmisión de la viruela del mono es una situación que "debería preocuparnos a todos" por el "potencial de una mayor propagación más allá de África", además de remarcar que la cantidad de casos "es muy preocupante".

El ministerio de Salud de Argentina reveló que en el país se han confirmado 5 casos de viruela del mono (Mpox) desde la Semana Epidemiológica 1 (SE1) a la 31 de 2024. No obstante, en los últimos días se registró un nuevo contagio.

Hasta el momento hay dos casos en la Ciudad de Buenos Aires, uno en la Provincia, otros dos en Santa Fe y Río Negro, y el nuevo registro en Corrientes.

El continente más afectado es África, donde desde el comienzo de año se registraron 15.000 casos de la enfermedad y, al menos, 461 muertes. No obstante, sobre estos números, el mismo director de la OMS aseguró que los datos "pueden ser solo la punta del iceberg".