"Crímenes de Familia": entrevista a Benjamín Amadeo y Sofía Gala Castiglione sobre la nueva producción de Netflix
En la última película de Sebastián Schinitel (El Patrón, El Hijo), Crímenes de Familia, hay muchos "trapitos sucios" en la familia formada por Alicia (Cecilia Roth) y Miguel Ángel Solá. Su hijo Daniel (interpretado por Benjamín Amadeo) es acusado de abuso sexual. Él se defiende pero su expareja (Sofía Gala) tiene otra versión de los hechos.
En diálogo con El Canciller hablamos con ambos actores sobre las secuencias más desafiantes, el dilema ético que plantea el drama judicial y mucho más.
Benjamín Amadeo: Llegué a través de un casting de la forma más tradicional posible. Fue muy interesante porque la audición consistía en recrear el monólogo de cinco páginas que van a ver en el film. En general esto no es lo habitual. Estas secuencias suelen ir acompañadas de escenas o intercambios con otros compañeros de elenco, pero en este sentido fue diferente y se trató de una escena con una carga emocional muy fuerte que expone mucho al actor.
Sofía Gala: Creo que los temas que trata el film son muy actuales, en especial en nuestro país y me encantó ver que todo el rango emocional de mi personaje ocurre durante un juzgado. Además me cautivó este trío de mujeres con sus clases sociales distintas y sus estilos de vida diferentes, y cómo se manejan con esos temas que tienen que ver principal y exclusivamente con cada uno de nosotros.
Hicimos un trabajo muy minucioso con el dire Sebastián. Ahí revalorice el poder de los ensayos. Es muy sano llegar al set a la hora de filmar sabiendo lo que vamos a hacer.
Hubo muchísima preparación mano a mano con los textos para lograr una mayor efectividad.
Además se trata de un elenco muy coral con muchas y pequeñas apariciones acompañando la historia del personaje de Cecilia y creo que cada uno tiene su contundencia. Aprendí muchísimo de cada uno. Es como en el deporte cuando te toca en un equipo con compañeros que juegan mejor que vos. ¿Sabés a qué me refiero?
Benjamín Amadeo: De Cecilia me quedo con la escena de las milanesas. Lo interesante de la película es que hay un montón de cosas que no se ven y que aún así uno siente que las vivió.
Hay una violencia en un montón de situaciones que parece que se presenciaron pero que en realidad nunca se dijeron.
Esta secuencia trabaja con una cantidad de matices y de cosas no dichas que me quedaron muy marcadas de los ensayos que hicimos con Sebastián y con Cecilia en donde estábamos entregados a la búsqueda de efectividad de la escena. Es ahí donde ves en acción a estos grandes jugadores. Ella tiene clarísimo el lenguaje cinematográfico y yo creo que me fui acoplando a eso.
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Sofía Gala: Yo lo trabajé mucho con Sebastián porque es un fanático del género policial. Vimos juntos algunas cosas del juzgado e incluso de testimonios de personas que fueron a declarar.
Ese era el verdadero desafío: en un juzgado uno no habla como hablarías naturalmente.
Detrás de eso, está la charla con el abogado que te asesora y que te indica qué decir y cómo decirlo. Al mismo tiempo ella tiene la oportunidad de contar su verdad delante de los padres del tipo que nunca le dieron bola y enfrente de los jueces que le fallaron en el pasado. Por primera vez, ella va hablar y va a ser escuchada.
Benjamín Amadeo: Sí y me encantó haberme animado. Son esas cosas que pueden generar temor no solo por el desafío actoral sino por el tipo de sujeto que me tocó encarnar.
Ahora siento la satisfacción de haberlo hecho y de poder salir de eso a lo que uno está acostumbrado.
Sofía Gala: Cuando empecé a actuar, lo hice como una necesidad mía para exteriorizar una serie de cosas que tenía adentro con una ciclotimia muy avanzada y demás. Esto me ayudó un montón. Lo cierto es que cuando actuamos no estamos siempre haciendo el guión o el papel de nuestras vidas.
Este es nuestro trabajo y uno trata de elegir entre las propuestas que aparecen.
Algunas cosas peores y otras mejores. Pero al final nunca sabes cómo va a terminar lo que vas a hacer, no importa si el guion está buenísimo o los actores son increíbles. Por eso, lo más importante para mí es pensar en lo que voy a atravesar yo durante este proceso. En el momento en el que filmo estoy atravesada por esa situación concreta en la que voy a estar comprometida durante esas diez y doce horas de vida. En mi casa ya se sabe y tenemos un método familiar para que yo pueda trabajar durante ese período de tiempo. Pero los papeles que elijo siempre tienen que tener algo que yo quiera y que necesite atravesar.
Yo nunca empiezo y termino una obra de teatro o una película de la misma manera. Siempre salgo modificada.
Obvio que después está todo lo demás: Que la película esté buena, tener trabajo, ganar plata, que el proyecto le guste a la gente, que me guste a mí.En fin. Pero lo más importante es eso. Poder atravesar algo que a mí me sirva y que no tiene que ser necesariamente dramático e interno. Todo lo que haga me tiene que modificar de una manera que a mí me sirva emocionalmente y ahí es donde está la culminación de lo que amo.
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Benjamín Amadeo: Con mucho entusiasmo, alegría y sorpresa. La verdad que estrenar cosas durante este momento tan particular puede ser impensando y yo lo vivo con una mezcla de alegría y preocupación entendiendo que nuestro sector está parado y que se está buscando la manera de activarlo. Me parece que es importante que Crímenes de familia esté en esta plataforma porque es una oportunidad de mostrar el talento argentino para el mundo y a su vez esto genere más producciones nacionales.
Ya pueden encontrar Crímenes de Familia en la plataforma de Netflix, drama judicial dirigida por Sebastián Schindel.
Los protagonistas son Cecilia Roth, Miguel Ángel Solá, Benjamín Amadeo, Sofía Gala Castiglione, Yanina Ávila y Marcelo Subiotto, con la participación especial de Paola Barrientos, Diego Cremonesi, Claudio Martínez Bel y María Marull.