Uñac, Manzur y Peppo: buscan sobrevivir los caciques del PJ y rompen con sus padrinos políticos
Los gobernadores peronistas ya tienen en vista la supervivencia post 2019. Los enfrentamientos con sus antecesores
Los gobernadores Sergio Uñac (San Juan), Juan Manzur (Tucumán) y Domingo Peppo (Chaco), llegaron al poder al mismo tiempo que el presidente, Mauricio Macri, tras las elecciones del 2015. Los tres debutantes alcanzaron su summum político bajo el ala de caudillos históricos que, por distintos motivos, no pudieron seguir en el trono de cada provincia. Ahora, con el objetivo de sobrevivir después del 2019, rompen con sus padrinos políticos en busca de la ansiada reelección.
Desde fines del 2015 que el peronismo atraviesa una etapa que no le sienta cómoda: ser oposición. El desafío resultó mayúsculo para los gobernadores que, por el rojo de las cuentas provinciales y los vaivenes de una economía en crisis, debieron sentarse y negociar de una forma que con el kirchnerismo no ocurrió. En algunos casos, casi se pintaron de amarillo símil Cambiemos y lo pagaron caro en las elecciones legislativas. El mejor ejemplo es el del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey.
Uñac llegó a la gobernación de San Juan de la mano de su padrino político, el ex gobernador y diputado por el Frente para la Victoria, José Luis Gioja. Incluso el trato bordea lo familiar: el padre del actual gobernador, Joaquín, fue amigo de Gioja. En las últimas elecciones el sanjuanino ganó cómodo y sentó las bases de su plan reeleccionista. Su última carta fue la negativa a convalidar la reforma previsional en el Congreso (a través de los legisladores que le responden) y se posicióno como "presidenciable”, cargo que según La Nación jura no buscar.
Los casos de Manzur y Peppo son similares: ambos tienen una relación "irreconciliable” con su antecesor. El tucumano acentuó sus diferencias en los últimos meses con José Alperovich y se especula que irá por la reelección. El chaqueño hizo público su enfrentamiento con Jorge Capitanich: "Todos se oponen a los acuerdos con la Nación, y rápidamente te llaman traidor y entregador, pero cuando la provincia consigue la plata, todos agarran, nadie se queja", disparó elípticamente.