La ciudad de Bariloche es, por excelencia, una de las estrellas del turismo argentino en la temporada de verano. Acostumbrada a recibir un promedio de 400.000 personas entre diciembre y marzo, la localidad rionegrina posee atracciones extraordinarias entre lagos, circuitos de montaña y frondosos bosques, con una exuberante diversidad de flora y fauna.

Sin embargo, las inminentes vacaciones estivales se encuentran amenazadas. Es que entre el temor por la propagación del Covid-19 y las tomas de tierras en el distrito, autoridades del turismo ya auguran que el aforo en los primeros meses del 2021 será, con mucha suerte, de entre 150.000 y 200.000 personas.

Desde este lunes, la ciudad andina puede ser visitada por cualquier residente de Río Negro. En esta prueba piloto, los turistas deben contar con un permiso de circulación de la aplicación CirculaRN, presentar un certificado médico que indique que no se trata de una persona de riesgo (mayor de 60 años), contratar un seguro médico con cobertura de coronavirus y portar un test negativo de Covid-19. El próximo 4 de diciembre, las fronteras quedarán abiertas para visitantes de todo el país y extranjeros.

La preocupación que rodea a las autoridades provinciales tiene que ver con un conflicto aún lejos de saldar con las agrupaciones mapuches, que reclaman por tierras ancestrales a través de distintas ocupaciones de territorios. La principal fue montada por la comunidad lof Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi, uno de los fetiches turísticos de Bariloche por la playa y el muelle que rodea al lago Mascardi, ubicado a 35 kilómetros del centro.

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"En lo que hace a la situación de público conocimiento en Villa Mascardi, el Ministerio de Seguridad de la Nación está aplicando un protocolo de seguridad junto con el gobierno de la provincia, asociado a la presencia de mayor personal y el monitoreo con cámaras que se están instalando en la zona”, explicó días atrás el intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi, Horacio Paradela, a El Cordillerano.

Efectivamente, el Gobierno nacional pretende robustecer el operativo policial en el lugar. La cartera que conduce Sabina Frederic ya instaló dos cámaras que monitorearán las 24 horas del día el perímetro del sector y podría enviar a más de 100 oficiales de Gendarmería Nacional, provenientes de General Acha (La Pampa), a vigilar el terreno.

En tanto, hace dos semanas, en la Mesa de Resolución Alternativa de Conflictos con los Pueblos Originarios que encabezan la ministra de Justicia, Marcela Losardo, la gobernadora Arabela Carreras y Frederic, las funcionarias acordaron sumar efectivos al dispositivo de seguridad que custodia el predio usurpado.

Entre julio y septiembre, con la nula actividad turística por la afectación que supuso la pandemia del nuevo coronavirus, la ciudad andina perdió ingresos por $10.000 millones. Empero, el secretario de Turismo, Gastón Burlón, mantiene las esperanzas de reactivar la rueda con la temporada boreal. "Bariloche salió primera en el programa Previajes, en el Cybermonday y en el hot sale de las compañías aéreas", manifestó.

El otro problema que genera dolor de cabezas es la extensión del brote en la ciudad. Este jueves, Río Negro sumó 219 nuevos infectados, de los que 100 los aportó Bariloche, que tiene 870 casos activos y no logra bajar la cantidad de contagios. La estadística que más preocupa tiene que ver con las camas de terapia intensiva: hay sólo dos disponibles.