"Si no quieren venir, no vengan", lanzó Cecilia Moreau. "¿Ah, sí? Bueno, por ahí no venimos", respondió Cristian Ritondo. Y la cara de Sergio Massa se transfiguró.

En esos términos, con gritos y acusaciones, se realizó anoche una áspera reunión entre los jefes de bloque de la oposición y el presidente de la Cámara de Diputados para definir la mecánica de la sesión convocada para mañana, con el fin de que el ministro de Economía, Martín Guzmán, explique al pleno de los diputados cómo se pagará la deuda pública del país.

El enojo de Juntos por el Cambio es porque Massa y Máximo Kirchner, jefe del bloque Frente de Todos, sorprendieron durante el encuentro al ofrecer tan solo 40 minutos de tiempo para que toda la oposición (140 de los 257 diputados), pueda formularle preguntas al funcionario, que además podría elegir qué responder y qué no, y sin la posibilidad de repreguntar.

"Estos muchachos quieren hacer un show, una puesta en escena, pero tienen unos modos completamente incorrectos. Nosotros somos buenos, pero pelotudos no", protestó un diputado de Juntos por el Cambio al término de la reunión, de la que también participaron referentes de los otros interbloques opositores: Federal, del peronismo no kirchnerista y Consenso Federal, y Unidad Federal para el Desarrollo (UFD), de los ramones, como se conoce a los ocho sueltos que lidera el mendocino José Luis Ramón.

Además de estar disconformes con el escaso tiempo que a su criterio les propusieron Massa y Máximo Kirchner, en Juntos por el Cambio también están recelosos por el tenor que tendrá la exposición de Guzmán, quien en una conferencia de prensa realizada el mes pasado ya dijo que "lo que se hizo con la deuda" durante el gobierno de Mauricio Macri "fue un desastre".

"Si viene con los tapones de punta, vamos a preguntar con los tapones de punta", dijo un diputado macrista recién salido del despacho de Massa.

Frente a esos resquemores, Máximo Kirchner les habría garantizado al radical Mario Negri, el macrista Ritondo y Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica-ARI, que el ministro realizaría "un planteo equilibrado" sobre la situación de la deuda del país. Y a su turno Cristina Álvarez Rodríguez, secretaria parlamentaria del bloque Frente de Todos, les habría transmitido que Guzmán "hablará más del futuro que del pasado", que no se preocupen.

Cuestión de escenario

El gobierno de Alberto Fernández, más que nadie, quiere que la visita de Guzmán al Congreso sea ejemplar. La idea de que concurra al recinto, en vez de a la comisión bicameral de Deuda, fue de Massa.

Juntos por el Cambio venía reclamando que esa comisión se constituyera para recibir al ministro. Lo hizo dos veces por nota y anoche se lo volvieron a plantear a Massa en su despacho.

Foto NA: MAXI VERNAZZA/PRENSA DIPUTADOS.

Los opositores creen que esa bicameral es el ámbito adecuado para la explicación del funcionario, como ocurrió en abril de 2018, con el entonces ministro de Finanzas, Luis Caputo, pese a que terminó con un escándalo, con la kirchnerista Gabriela Cerruti mostrando a los gritos un papelito en el que el funcionario le pidió de puño y letra que no fuera tan dura en sus preguntas.

Pero Massa redobló la apuesta y propuso que Guzmán les hable a todos, no a un grupo. Inclusive cursó invitaciones para que este miércoles a partir de las 17 también participen, como espectadores en los palcos, los líderes de organizaciones de la economía, como Carbap, Coninagro, la UIA, la CGT, la CTA y la Sociedad Rural.

Pero no importan tanto los invitados locales como sí los extranjeros: la sesión se realizará el mismo día en que aterriza en el país la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), el principal acreedor de la Argentina, con más de 44 mil millones de dólares.

La delegación del organismo multilateral de créditos estará encabezada por Julie Kozack, directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental, y Luis Cubeddu, jefe de la misión para Argentina.

Cualquier ruido puede ser una pésima señal para los enviados del organismo y para los acreedores internacionales. Todo debe salir impecable.

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El Gobierno, a través de Guzmán en el Congreso, pretende seguir poniendo en valor ante el mundo que la reestructuración de la deuda es una política de Estado, acompañada por la oposición. Pero faltan precisiones y en la oposición creen que hay muy poca información porque justamente el Fondo está exigiendo un ajuste mayor al que previeron inicialmente. "Ese ajuste fiscal que pide el Fondo está más firme que nunca", dijo un importante diputado radical.

Estrategias

La última vez que se recuerda la presencia de un ministro de Economía en el recinto de la Cámara de Diputados fue en agosto de 1995, cuando Domingo Felipe Cavallo denunció ante la existencia de "mafias enquistadas en el poder" y responsabilizó al empresario Alfredo Yabrán de liderlas. Después Carlos Menem lo echó.

"Si nosotros no vamos y a Guzmán lo traen igual, le entorpecen la estrategia al propio ministro, que es un estudioso de los mecanismos exitosos de reestructuración en el mundo, en los que figuran este tipo de visitas al Congreso", analizó otro de los participantes de la tensa reunión del primer piso del Palacio del Congreso.

En efecto, el objetivo del Gobierno es la foto de ese recinto: el ministro de Economía explicando en el Congreso su plan para que la deuda sea sostenible. Primero, en Diputados; después, en el Senado, con fecha a confirmar.

Tras la amenaza de Ritondo de que Juntos por el Cambio no participe de la sesión, Massa intentó poner paños fríos y finalmente acordaron que las secretarias parlamentarias del Frente de Todos, Cristina Álvarez Rodríguez, y de Juntos por el Cambio, Silvia Lospennato, en las próximas horas se juntarán para acercar posiciones y buscar un mecanismo que los deje conformes a todos.