Sin consenso, látigo ni chequera: divide el Gobierno la reforma laboral
Sin la CGT ni el PJ, el proyecto se separará para sancionar los puntos que no generan controversia en la oposición. "No podemos aceptar no debatir cambios en un sistema laboral injusto, desigual y obsoleto", subrayó Peña.
La palabra reforma le va a quedar grande. Sin el apoyo de la CGT y el peronismo no kirchnerista, el Gobierno buscará ahora dividir la reforma laboral para -al menos- lograr aprobar aquellos puntos que no generan controversia. Esta posibilidad se venía barajando las últimas semanas pero había sido descartada por el oficialismo. Sin embargo, la dificultad para obtener consenso y la pérdida de poder político obligan a Cambiemos a desdoblar la propuesta.
El plan fue impulsado por el jefe de gabinete, Marcos Peña. Según adelantó LaNación, la primera norma que el presidente Mauricio Macri enviará al congreso incluirá el blanqueo de trabajadores informales, los esquemas de capacitación laboral y la extensión de la licencia por paternidad, puntos que no generan resistencia en la oposición.
La reforma laboral, el broche de oro de la economía cambiemita en el camino del "reformismo permanente”, se dilata cada vez más. A principios de año, el Gobierno confiaba en contar con el apoyo de la CGT y algunos sectores del peronismo para sancionar la norma en sesiones extraordinarias en febrero. Sin embargo, los constantes choques frente a un sindicalismo que se siente perseguido -con el aval oficialista-, lo llevaron a decir que la misma se trataría en abril, ya en el período ordinario.
Ahora, con vastos sectores de la CGT unidos en la resistencia a las modificaciones laborales y con un peronismo que se afianza -sin Cristina Kirchner-, el nombre de "reforma” le quedará grande a las propuestas que el gobierno enviará al Congreso en pequeños sobres.
La decisión es -en parte- consecuencia del comunicado que dieron ayer Hugo Moyano, Juan Carlos Smith y Carlos Acuña, tres referentes cegetistas, que no sólo rechazaron el programa económico de Macri en general, sino que advirtieron que no negociarán paritarias del 15% sin cláusula gatillo, la línea que el Gobierno había atrasado en equivalencia a la nueva meta inflacionaria.
"Lo que no podemos aceptar es no debatir cambios en un sistema laboral injusto, desigual y obsoleto en muchos planos; y eso es lo que queremos hacer y lo queremos hacer dialogando con los sindicalistas, los trabajadores, los gobiernos y la sociedad en general”, indicó Marcos Peña.
"Lo que no podemos aceptar es no debatir cambios en un sistema laboral injusto, desigual y obsoleto en muchos planos"