Luego de que no hubo acuerdo el martes en la primera reunión de Labor Parlamentaria en el Senado, la vicepresidenta Victoria Villarruel tendrá su primera prueba de fuego este miércoles a las 15, cuando convocó a sesionar a la Cámara alta para definir a sus autoridades, en medio de una situación de tensión entre La Libertad Avanza y el resto de los bloques por la presidencia provisional y el control de las comisiones.

Desde el Frente de Todos (el nombre en el Congreso de Unión por la Patria), se planteó que la sesión es ilegal y antirreglamentaria.

En ese sentido, fuentes del bloque que conduce José Mayans aseguraron que el período de ordinarias terminó y que solo se puede sesionar si el Presidente convoca a extraordinarias, algo que Javier Milei aseguró que haría pero por el momento no concretó. Si eso no ocurre, según los opositores, hay que esperar a la preparatoria del 24 de febrero. Si la reunión logra abrirse este miércoles, adelantaron que plantearán eso mismo en el recinto.

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Por su parte, desde La Libertad Avanza indicaron que, al tratarse de una cuestión de ordenamiento interno, no es necesario esperar al llamado a sesiones extraordinarias.

La convocatoria a sesionar se produjo después de una reunión presidida por Villarruel y el secretario Juan Pedro Tunessi.    

También estuvieron los senadores radicales Eduardo Vischi, Pablo Blanco y Mariana Juri; Beatríz Ávila, del Partido por la Justicia Social; Juan Carlos Romero y Lucila Crexell, de Cambio Federal; Anabel Fernández Sagasti, Eduardo “Wado” de Pedro, José Mayans y Juliana Di Tullio, de Unión por la Patria; Carlos Espinola, de Unidad Federal; Sonia Rojas Decut, de Innovación Federal; Ezequiel Atauche, de La Libertad Avanza; Andrea Cristina, del PRO, y Natalia Gadano, de Alianza por Santa Cruz.

El gran objetivo de la sesión será elegir los cargos de la conducción del cuerpo que aún están vacantes, ente los que destaca la definición de la jefatura provisional de la Cámara alta, tercer cargo en la línea sucesoria.

Este debate, que parecía resuelto, también tensó la interna libertaria ya que, si bien se había confirmado la postulación del formoseño Francisco Paoltrini, Villarruel reconoció el lunes último que el tema no está cerrado.

Cuando todo estaba encaminado para que Paoltroni fuera consagrado, se abrió el nuevo escenario de incertidumbre que podría cambiar la decisión, oficializada días atrás por la Oficina del Presidente a través de su cuenta de X.

"Todavía no se definió la presidencia provisional del Senado a pesar de que me habían confirmado. Si a mí me bajan será un síntoma de debilidad política, producto de una operación entre Guillermo Montenegro y José Mayans”, cruzó Paoltroni el pasado fin de semana.

Montenegro es diputado nacional y mano derecha de Villarruel. Con él habría mantenido contacto Mayans para reabrir la discusión sobre el cargo clave en la Cámara alta.

Mayans, también senador por Formosa pero presidente del bloque ahora opositor, ejerció presión sobre Villarruel para que se cambie la decisión del Gobierno. Aseguró que el oficialismo tiene “solo siete” senadores, por lo que “no pueden llevar adelante la acción del Congreso”.

Sobre el funcionamiento de la Cámara y los impedimentos que enfrenta La Libertad Avanza por su escaso número de escaños, agregó: "Son 46 comisiones, la mitad son bicamerales y hay 15 que son muy exigentes. Ellos tendrían uno por comisión, les falta ocho para el quórum y nueve para el despacho”.

"No pueden tomar por la fuerza la conducción del Congreso. No vi en ninguna parte del mundo que la mayoría le entregue la prerrogativa que le entregó el pueblo a la minoría”, subrayó el jefe de la principal bancada opositora.

Consultada por la prensa acreditada en la Cámara alta acerca de la designación de quien la sigue en la línea sucesoria, Villarruel reveló que “se está conversando ese tema todavía”, y asintió cuando le preguntaron si podría modificarse la elección de Paoltroni. “Por supuesto”, contestó.