Gerardo Werthein continúa avanzando a paso firme en la limpieza del ministerio de Relaciones Exteriores encomendada por el presidente Javier Milei. Este miércoles, el Canciller desplazó a Roberto Bosch como embajador argentino en España y a Pablo Piñeiro Aramburu como cónsul general en Nueva York.

Según fuentes oficiales, Bosch ya fue notificado de la decisión, aunque aún no se oficializó la resolución, caso contrario a lo que sucede con Piñeiro Aramburu, a quien ya se le emitió la orden de regreso a Argentina y que fue reemplazado por Gerardo Díaz Bartolomé.

Ambos diplomáticos desplazados habían sido mantenidos en sus cargos cuando en diciembre de 2023 la ahora excanciller Diana Mondino asumió al frente de la cartera de Relaciones Exteriores.

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Bosch, quien había sido el número dos en la embajada argentina en Madrid cuando estuvo a cargo del exradical Ricardo Alfonsín, tenía los días contados desde que el Presidente decidió cesar a Mondino, después de que votara en contra del bloqueo de Estados Unidos a Cuba en la Asamblea de las Naciones Unidas, en línea con la posición histórica de Argentina.

En las filas libertarias se le reprocha a este diplomático de carrera no haber podido reunir a un grupo de empresarios del agrado de Milei que se reunieran con él durante su primera visita a España. 

Tampoco tuvo un buen vínculo con Jesús Huerta de Soto, un economista español cercano al mandatario que le entregó en junio pasado el Premio Juan de Mariana 2024, ni con el representante comercial de la embajada, Alejandro Nimo.

La caída en desgracia de Bosch es coincidente con la tensa relación que mantienen Milei y Pedro Sánchez, quien hace meses retiró a su embajador en Buenos Aires cuando el mandatario argentino respondió a una serie de agravios que recibió de parte de ministros de ese país europeo y llamó "corrupta" a Begoña Gómez, la esposa del presidente del Gobierno español.

Piñeiro Aramburu, en tanto, fue quien organizó el ágape por la celebración de Halloween en su residencia con vino, champagne y whisky de alta gama, además de un lujoso catering.

A partir de este suceso, la Cancillería inició una investigación al respecto y comprobó que Piñeiro Aramburu no utilizó recursos del Estado para comprar los disfraces y el cotillón que se utilizó en ese evento, aunque las imágenes que trascendieron generaron cierto malestar en el Palacio San Martín.

De hecho, fue el propio Werthein quien llevó adelante la auditoría correspondiente, ya que para esa fecha recién dejaba de ser embajador en los Estados Unidos para reemplazar a Mondino como jefe de la diplomacia argentina.

Su lugar, según confirmó este miércoles la Cancillería, será ocupado por "Gerry" Díaz Bartolomé, quien fue vocero de Mondino.