La investigación del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, sobre el presunto abogado Marcelo D'Alessio por extorsión a distintos empresarios derivó en múltiples incógnitas sobre posibles internas que se viven en el seno del oficialismo, atado a la tarea de ensayar una campaña electoral con la economía en rojo y un candidato rechazado por dos tercios del electorado. Más allá de los rumores de conflicto entre la gobernadora María Eugenia Vidal, que fue espiada por D'Alessio, y el presidente Mauricio Macri, el actor político que nuevamente salió al cruce de varios funcionarios fue la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió. Según consignó Román Leijtman en Infobae, la dirigente de Cambiemos no tiene la venia de Macri para criticar el funcionamiento de los servicios de inteligencia.

Leijtman, que tiene acceso a funcionarios cercanos al presidente Macri, aseguró que un ladero del primer mandatario le reveló: "Lilita esta sola. Macri no apoya nada de lo que dice de la Corte y de la AFI. Ya se lo dijimos a Lorenzetti y a Arribas". El titular de la AFI, aunque recibe con cierta incomodidad las reiteradas críticas de Carrió, no cree que Carrió tenga un peso importante en la alianza gobernante. Ricardo Lorenzetti, sostiene Leijtman, "no cree que Carrió tenga tanta independencia de Balcarce 50".

Macri recibe día a día, y cada vez con mayor fuerza, nuevos embates de la Corte Suprema. El máximo órgano judicial también mira las encuestas, las subidas del dólar, la desconfianza en el Gobierno y los números crecientes de una oposición que deja que el oficialismo se equivoque sin molestarlo. Se vio claro cuando Carlos Rosenkrantz fue el único en fallar a favor de que los jubilados paguen el impuesto a las ganancias. El Gobierno minimizó el impacto económico que tendrá la resolución, pero la foto del 4 a 1 en la votación de los jueces sí le preocupa.

Carrió se encargó de cargar contra los jueces Lorenzetti, Maqueda y Rosatti en el prime time de la TV. Acusó al trío de "golpistas" y denunció que la Corte Suprema de Lorenzetti quiere hacerle un golpe de estado al presidente Macri. De estos dichos se desprende Macri a través de sus funcionarios más cercanos. El primer mandatario no cree que es momento de acentuar el conflicto con una Corte que le dio más recursos a Ramos Padilla para que investigue un caso de espionaje ilegal que llega al fiscal Carlos Stornelli, hasta hace poco héroe del oficialismo por avanzar contra ex funcionarios kirchneristas y empresarios en el marco de la causa de los cuadernos.

Otro motivo por el que el presidente se desliga de los dichos de Carrió es que, al otorgarle legitimitad a sus definiciones de la Corte Suprema, se estarían avalando también las descripciones que la diputada hizo de los servicios de inteligencia y, en particular, de Gustavo Arribas, uno de los mejores amigos de Macri desde su era en la presidencia de Boca. También las críticas sobre el ministro de Justicia, Germán Garavano, calificado por Carrió como "un imbécil".

De cara a los comicios, el presidente busca aplacar las internas dentro de Cambiemos y dedicarse exclusivamente a la campaña. Por eso sólo realizará tres viajes al exterior de acá a junio; en cambio viajará a numerosas provincias para intentar volver a sumar lo que restó en el último año. El foco será, por supuesto, la provincia de Buenos Aires, donde depende de Vidal y de un electorado que no abuse del corte de boletas en contra del primer mandatario.