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En la gira diplomática que ambos encabezaron en la India y Vietnam, el economista dejó abierta la posibilidad de competir en las PASO presidenciales dentro de Cambiemos, es decir, agregar a la riña electoral nacional a un dirigente del radicalismo. Desde el Gobierno, los ministros coinciden en que las internas dentro de la alianza gobernante, en medio de la delicada situación económica, deja en evidencia falencias orgánicas y, por lo tanto, deben ser evitadas. El radicalismo considera que sumar sus propuestas a la discusión enriquece las posibilidades de Macri de ser reelecto.

Esta pulseada de ideas puede derivar en un eventual ruptura del radicalismo con el PRO. Seducidos por Roberto Lavagna con un plan económico que encuentran más amigable al ideario histórico radical, algunos dirigentes -Ricardo Alfonsín y Jorge Sappia, por ejemplo- militan para que en la Convención Radical se decida este quiebre. Otros se inclinan por permanecer al lado del líder del PRO, aunque piden más espacio en la toma de decisiones, que Macri mantiene en el seno del núcleo duro PRO pese a sí ceder a la hora del armado de listas para el Congreso. Ambos grupos coindicen en que, de todos modos, está en peligro la continuidad de Cambiemos.

El próximo punto de inflexión entre los dos partidos políticos apunta a ser la elección cordobesa, una provincia clave a nivel nacional y en particular para Cambiemos, ya que le significó una diferencia de votos importante tanto en el balotaje de Macri contra Daniel Scioli, en 2015, como en las legislativas de medio mandato, en 2017. En Cambiemos dan por sentada la reelección de Juan Schiaretti, pero aún mantienen cierto optimismo con mantener la intendencia de la capital, hoy en manos de Ramón Mestre. En base a los resultados de esa elección, señala Carlos Pagni, el radicalismo definirá en la Convención si continúa o no dentro de Cambiemos.