Quién es María Fernanda Silva, la principal candidata a embajadora del Vaticano
La diplomática es la primera afrodescendiente en Cancillería argentina. El rol de Jorge Bergoglio para que Silva consiga la nualidad canónica de su ex matrimonio.
En pleno vuelo a Italia, Alberto Fernández cumplió con su primer objetivo de su gira internacional. En la previa al encuentro con el papa Francisco, el Presidente ya envió listo el pliego de su candidata a embajadora del Vaticano que se presentará, este viernes, en la Nunciatura Apostólica.
Se trata de María Fernanda Silva, diplomática de carrera que había sido la número dos de la delegación en la Santa Sede hasta 2015. Por esos tiempos, Eduardo Valdés -ahora diputado nacional- cumplía el cargo de embajador.
El debate por el representante argentino en el Vaticano surgió luego que la frustrada candidatura de Luis Bellando. El diplomático era sostenido por Gustavo Béliz, el asesor estrella del Presidente. Sin embargo, no era del todo respaldado en el bloque del Frente de Todos, sobre todo, dicen, en el Instituto Patria.
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En ese entonces, un colaborador de Alberto Fernández -y con llegada a Cristina Kirchner- adelantó a El Canciller que la embajadora podría ser de una mujer. "Te imaginás el revuelo que generaría", había indicado.
Con ese runrún, uno de los nombres que sonaban con más fuera era el de María del Carmen Squeff, diplomática argentina que estuvo en destinos como Francia y Nigeria. Sin embargo, desde su entorno, siempre desmintieron la información.
De confirmarse la candidatura, Silva será la primera embajadora mujer que ocupe el despacho más grande de la sede argentina en el Vaticano.
Relación con Bergoglio
Silva es la primera afrodescendiente en la Cancillería argentina. En su pergaminos figuran pasos por Venezuela (cuando Alicia Castro era embajadora) y Trinidad y Tobago. También fue asesora en el ministerio de Relaciones Exteriores cuando Rafael Bielsa cumplía el cargo de ministro.
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De acuerdo a la información de Página/12, además de su trayectoria en Cancillería, Silva se destaca por su militancia en defensa de los derechos de los migrantes. También tiene una fuerte ligazón con la Iglesia: cercana a los curas populares, la diplomática mantiene su fervor católico.
Al igual que Bellando, la diplomática es divorciada. Aunque con una excepción. Su matrimonio obtuvo una nulidad canónica por parte de la Iglesia Católica debido a que el ex marido de Silva decidió inclinarse por el sacerdocio. Quien acompañó ese proceso eclesiástico fue Jorge Bergoglio.