Luego de una mañana frenética en la que solicitó la presencia de hinchas visitantes en la Superfinal de la Copa Libertadores, Mauricio Macri bajó el tono de sus declaraciones y le pasó la pelota a los clubes.

Si bien en horas del mediodía el ministro de Seguridad porteño, Martín Ocampo, había confirmado las garantías para la asistencia de 4.000 personas en los dos estadios, el primer mandatario reculó, alegando que la determinación no es potestad de la Nación.

"Es una decisión de los clubes que organizan. Si quieren hacerlo con público visitante, nosotros les garantizamos las condiciones", aseguró.

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De esta manera, Macri cedió ante las voluntades de Horacio Rodríguez Larreta, Daniel Angelici y Rodolfo D'Onofrio, quienes desde un principio fueron reticentes a la idea de volver a tener un Superclásico oficial con visitantes, algo que no sucede desde 2013 -por el Torneo Final, igualaron 1-1 en La Bombonera con goles de Silva y Lanzini-. 

Pese a que el Presidente afirmó que los clubes "tienen todo el apoyo del Gobierno de la Ciudad" para llevar adelante la serie con ambas parcialidades en las tribunas, el alcalde porteño se niega rotundamente a la medida, debido a que implica realizar operativos con miles de policías que, inevitablemente, dejarán de custodiar otras zonas de la Ciudad.

El distrito porteño se configura como uno de los únicos que no han admitido a los hinchas visitantes, desde que se puso en marcha, paulatinamente, el operativo retorno que abarcó a la Copa Argentina y a determinados partidos de la Superliga. 

Por otra parte, los presidentes de Boca y River deniegan de la eventual habilitación, ya que les quita localidades para sus hinchas y les significa, además de una preocupación que descartaban, erogaciones exuberantes en materia de seguridad.

Macri, reconocido futbolero y nostálgico de su etapa como mandamás xeneize, tomó el consejo de su estratega Jaime Durán Barba, quien ve a la inédita final como una chance única de exponer su doctrina de cara a 2019, la cual pondrá todo el foco en la lucha contra las mafias y el narcotráfico que encabeza Patricia Bullrich.

En esta línea, volvió a reflejar su deseo de ver a las dos hinchadas presentes, a sabiendas de que el mundo entero estará pendiente a la definición. "Tenemos una enorme posibilidad de vivir una final ida y vuelta, y tiene que ser inolvidable", recalcó.