Martín D'Alessandro: "Durán Barba es por mucho el mejor consultor de la Argentina"
En diálogo con El Canciller Martín D'Alessandro, presidente de la Sociedad Argentina de Análisis Político (SAAP) y especialista en partidos políticos, liderazgos y campañas electorales analizó el panorama argentino. El doctor en Ciencias Sociales consideró que Jaime Durán Barba es el mejor consultor que existe en la Argentina, remarcó que es casi un milagro que Mauricio Macri pueda ser reelecto y atribuyó esta posibilidad a que la oposición no logró renovar el liderazgo de Cristina Kirchner.
—Los candidatos insisten en que estamos ante una elección bisagra en la historia argentina. ¿Coincide con esta visión de que están en juego dos proyectos de país?
—Dicen eso para sacar mayor ventaja de la dinámica de polarización en las dos fuerzas más importantes, pero no tiene mucho asidero sostener que es una bisagra en la historia argentina. Una bisagra fue el triunfo de Raúl Alfonsín en 1983, porque fue la primera vez que el peronismo perdió una elección nacional y se abrió una nueva etapa. Sí es cierto que Fernández y Macri pertenecen a espacios bien diferentes, pero también es cierto que históricamente las diferencias en las políticas aplicadas no han dependido tanto de la ideología de los presidentes o los partidos como los límites más o menos rígidos de factibilidad del comercio internacional, del que depende tanto la Argentina.
—Independientemente de quién gane, ¿vamos hacia una reconfiguración del sistema político? Hacia un bipartidismo más moderado, tal vez.
—No lo creo. Aunque es muy difícil (si no imposible) predecir, me parece bastante probable que los perdedores no puedan conservar la unidad y la fuerza de gravedad que los mantiene unidos ahora por la expectvativa cierta de ganar o conservar el poder. Si esto es correcto, la oposición (cualquiera que sea después de octubre o noviembre) se fragmentará y el gobierno gozará de cierta tranquilidad electoral por varios años.
—Macri logró ser presidente ganando el ballottage por una diferencia mínima. A esta elección, entraría con tres años de cuatro recesivos, una inflación superior a la de su llegada y una deuda que creció fuertemente. ¿Por qué aún puede ganar?
—Es verdad que es casi un milagro que Macri, con los números económicos que ofrece, esté peleando su reelección. Pero puede ganar porque la oposición no pudo renovar el liderazgo de Cristina Kirchner, que es la personalidad política con peor imagen del país (después de Macri) y porque, en consecuencia, no es capaz de ofrecer una alternativa diferente a las políticas del período kirchnerista, cuyos resultados finales fueron también muy malos. De allí la extendida sensación de hartazgo y decepción en amplísimos sectores del electorado, votantes de ambos bandos.
—Un foco de la campaña de 2015, que se repite en estas elecciones (y posiblemente en todas) es que tiene más chances de ganar el candidato que mejor pueda trasmitir la idea de un futuro "esperanzador". Hace cuatro años, el Gobierno logró conjugar ese discurso. ¿Sigue siendo Cambiemos (JxC) el que mejor "vende" un futuro promisorio?
—El Gobierno es muy malo comunicando, pero es muy prolijo comunicando en campaña, y ha tenido éxito en transmitir de una forma ordenada el mensaje de que el cambio es posible si se espera un poco más. En cambio, el Frente de Todos es muy desprolijo, no tiene una campaña articulada ni un mensaje claro, y por lo tanto cosecha mucho más el voto duro del kirchnerismo y el voto enojado con Macri, pero no puede evitar la comparación con el pasado kirchnerista, que le sirve mucho, pero también revive recuerdos malos para sectores decisivos del electorado. La tercera opción, Roberto Lavagna, es más enfático aún en una experiencia exitosa, pero de hace más de 15 años.
—¿Qué significó la inclusión de Miguel Ángel Pichetto en JxC? ¿Pone fin a un intento de nueva política? ¿O es un paso más luego de la fusión con la UCR en 2015?
—Si Cristina Kirchner colocó en la fórmula a Alberto Fernández para ablandar la oferta, poder ganar una elección y evitar el veto prematuro de los mercados, Macri incluyó a Pichetto no para ganar sino para gobernar, si es que gana, desde ya. Pichetto no tiene votos propios, ni territorio. Lo que tiene para ofrecer es un manejo muy hábil del palacio legislativo, y confianza en la negociación con los gobernadores, que son actores centrales y con los que Macri no ha podido contruir una relación estable, y que son fundamentales incluso más aún en un contexto de ajuste.
—Hay muchos mitos (o no mitos necesariamente) en torno al rol de Durán Barba. ¿Qué lugar ocupa un consultor político de esa envergadura? ¿Podría decirse que a veces adquiere un rango de funcionario implícito?
—Durán Barba es, por mucho, el mejor consutor que existe en la Argentina. Es el más formado intelectualmente y el más serio profesionalmente. Tiene una visión demasiado posmoderna para gran parte de nosotros (me refiero a los politólogos) pero es muy coherente con el ideario del PRO, que no se caracteriza por su densidad conceptual. Pero un presidente no hace lo que le dice el consultor. Es evidente que es muy influyente en el diseño de las campañas y en el abordaje general del estilo gubernamental, pero no tengo información precisa como para especular más sobre eso.