María Eugenia Vidal

La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, fue una de las grandes protagonistas políticas del 2017. Luego del triunfo del 2015, donde derrotó al ex jefe de Gabinete kirchnerista Aníbal Fernández, se consolidó en un terreno en donde el peronismo supo armar su principal bastión del país. Apadrinó al ex ministro de Educación Esteban Bullrich para que ganase las legislativas a base de su propio carisma y logró derrotar a la ex presidenta Cristina Kirchner, en un hecho inédito.

Manejó con mano de hierro la paritaria docente y desembarcó el ajuste en la legislatura sin grandes turbulencias, e incluso contó con la propia colaboración de los intendentes del PJ. Divide y reinaras fue su leitmotiv. Ninguna de las crisis que enfrentó el Gobierno de Mauricio Macri le dañó su imagen: la reforma previsional, que erosionó la imagen del oficialismo incluso hasta en la misma clase media, significó un espaldarazo financiero de  $ 65.000 a cambio de desistir ante la Corte Suprema con el reclamo del Fondo del Conurbano. Enfrentará un año no electoral “tranquilo” y se especula con una reelección.


Cristina Fernández de Kirchner

El año de la ex Presidenta fue para el olvido: gran parte de “su”  tropa saltó del barco kirchnerista después del 10 de diciembre del 2015, perdió las elecciones frente a un candidato con poco carisma -pero que contaba con al aura de María Eugenia Vidal- y hasta el momento tiene cuatro procesamientos en la Justicia federal y un pedido de desafuero. Supo “coquetear” con su regreso a la arena política varias veces: tras idas y vueltas y la “negativa” de volver a la arena política, mantuvo en suspenso su candidatura hasta último momento, en donde resolvió “poner” el cuerpo en la provincia de Buenos Aires. Negoció la boleta con un ex ladero suyo, Florencio Randazzo, aunque sin éxito: su ex ministro del Interior se quedó con el sello del PJ y salió quinto detrás de la izquierda.

Enfrenta una “persecución” judicial, según denuncia ella: está procesada por la causa por el Dólar Futuro, Obra Pública, Los Sauces y la denuncia del fallecido fiscal Natalio Alberto Nisman en donde se la acusa de encubrir a los iraníes acusados de perpetrar el atentado a la AMIA en 1994. Sobre esta última, el juez Claudio Bonadío la procesó y pidió su desafuero a poco de asumir su banca en un Senado. Está implicada en la causa Hotesur, en donde se investigan maniobras de lavado de activos a través de los alquileres garantizados por Lázaro Báez. La situación procesal de Cristina Kirchner se resolvería recién el próximo año. Se especula que mantendrá un duelo con Miguel Ángel Pichetto, caudillo del PJ en la Cámara alta y referente de la “liga” de los gobernadores.


Elisa Carrió

El último gran truco de Elisa “Lilita” Carrió tuvo lugar en medio del terremoto que generó el tratamiento de la reforma previsional en la Cámara de Diputados. “Inventó” un bono y tras consensuar con el presidente del cuerpo, Emilio Monzó, suspendió la sesión por falta de quórum, mientras en las afueras del Congreso la represión avanzaba a paso firme. Finalmente, la estrategia salió a pedir de boca. Cada vez que criticó algo del Gobierno, sobrevoló el fantasma de su portazo de UNEN (aquella coalición opositora que se desmoronó hasta desaparecer). Cuatro días antes de las elecciones legislativas tuvo una de sus declaraciones más polémicas: mientras el periodista Diego Leuco señalaba que “las temperaturas bajas favorecen la conservación del cuerpo”, la diputada electa acotó: “Es como Walt Disney”.

Finalmente, arrasó con más del 50% de los votos en Capital Federal y amasó un poder político que no había tenido en años. Estableció una relación simbiótica con el Presidente, aunque le puso reparos a su permanencia en Cambiemos: "Me aleja mucho de Cambiemos el acuerdo en la Capital entre Coti Nosiglia y Angelici", lanzó con crudeza.


Patricia Bullrich

Patricia Bullrich se convirtió en protagonista del año a base de escudos, balas de goma y carros hidrantes. La ministra de Seguridad acumuló varios hechos que extremaron las críticas de todo el arco opositor: la desaparición de Santiago Maldonado la colocó en el centro de la escena por el rol de la Gendarmería y de su jefe de Gabinete, Pablo Nocetti en Pu Lof Cushamen, el “territorio sagrado” de los Mapuches en donde se lo vió con vida por última vez al joven artesano. La ex militante de Montoneros, es la encargada de toda la política de Seguridad interna del gobierno de Mauricio Macri. Hay quienes sospechan que en realidad ella es el álter ego de Macri en materia del manejo de fuerzas de seguridad. Con el asesinato del mapuche Rafael Nahuel, volvió a quedar a tiro de las críticas, esta vez por el rol del grupo Albatros. El “manodurismo” se convirtió en su bandera y se destaca por la cantidad de operativos “antidroga” que exhibe en sus redes sociales.