El presidente de San Lorenzo de Almagro, Matías Lammens, fue ungido por el binomio integrado por Alberto Fernández y Cristina Kirchner como candidato a jefe de Gobierno de la Ciudad. En el distrito donde el macrismo tiene los engranajes más aceitados, el abogado y empresario de 39 años irá acompañado por Mariano Recalde, como senador, y Pino Solanas, como diputado nacional.

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Con una trayectoria política acotada que se reduce al mundo del fútbol, Lammens fue tentado por varios espacios antes de decidir jugar para el kirchnerismo.

Él mismo comentó que Horacio Rodríguez Larreta lo quiso sumar a su espacio en la Ciudad (una información que el GCBA no ratificó, pero tampoco desmintió), pero lo enfrentan con el actual oficialismo grandes diferencias ideológicas. “Si Macri sigue otros cuatro años el daño para el país puede ser muy difícil de revertir”, resaltó Lammens a Página/12.

Las raíces políticas de Lammens van desde un viaje a Cuba realizado en el 2001, en el que leía discursos de Fidel Castro debajo de un árbol, hasta una foto reciente con Evo Morales resaltando “la gran pasión” que une a sus “pueblos”. Para gobernar la Ciudad, el presidente de San Lorenzo asegura que tiene un “equipazo” con varios integrantes que son investigadores del Conicet.

Dueño de la distribuidora de vinos Ñuke Mapu SRL, su carrera empresaria se largó con un kiosco en 2003. La llegada a la presidencia de San Lorenzo fue recién en 2012, cuando el club jugaba la promoción.

Junto al conductor y empresario Marcelo Tinelli volvieron a levantar los cimientos del equipo consiguiendo los dos máximos anhelos de los hinchas: la Copa Libertadores y la vuelta al barrio de Boedo.

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Pero el presente del club no se corresponde con ese pasado reciente de victorias. El sitio web “Cuervo economista”, consigna que, entre 2017 y 2018, el déficit entre recursos y gastos fue de 312 millones de pesos, explicado por tres factores: indemnizaciones y juicios, intereses de deuda y diferencias de cotización.

Por otro lado, sólo aumentó su patrimonio por la revalorización de los bienes de uso. Muchos de ellos son patrimonio histórico del club, como el Pedro Bidegain, por lo que venderlos no es una opción y no sirven para afrontar los gastos corrientes de la institución.

El principal problema que afecta al club, según la fuente, es financiero. Los pasivos corrientes aumentaron mucho más que los activos corrientes, por lo que la gestión azulgrana enfrenta serias dificultades para pagar una deuda neta de 525 millones de pesos. En el pasivo hay deudas comerciales, financieras, sociales, fiscales y previsionales (para más información, ver este link).

Todo eso se mezcla con un presente del plantel futbolístico de bajo nivel: en el último torneo, San Lorenzo acarició el último lugar de la tabla (y llegó con la sanción de seis puntos que le impusieron).

En el presente de muy malos resultados, los hinchas dividen el “lammensismo” entre el primer período y el segundo, y ponen la bisagra en el momento en el que el presidente quiso “hacer política con el club”.

El kirchnerismo apunta a mostrar un dirigente joven que signifique una renovación para la estructura peronista de la Ciudad, acostumbrada a las derrotas de Daniel Filmus y Mariano Recalde.

La apuesta también es repetir la experiencia de Macri en la Capital Federal. El primer mandatario nacional desembarcó en la política luego de una carrera exitosa en Boca, que, en 12 años de gestión, incluyó 17 títulos, muchos de ellos copas internacionales. Pero en lo fáctico, el estado en el que el presidente azulgrana deja el club no es igual al del líder del PRO.

Voceros del kirchnerismo en la Ciudad reconocen que la batalla en la capital del país es “la más difícil” de todas: Larreta ostenta estructuras aceitadas e inaugura obra pública valuada en cientos de millones de dólares. Además, el principal contendiente de 2015, Martín Lousteau, está a un paso de cerrar con el macrismo para ser candidato a senador por la Ciudad.