Alberto Fernández comenzó a dar los primeros lineamientos de lo que sería su eventual presidencia. El círculo rojo le exigía al candidato que anuncie ejes concretos de su programa económico. Los mismos están condicionados a la cantidad de reservas que reciba en el Banco Central, pero el líder del Frente de Todos ya anunció el paso más ambicioso que daría a partir del 11 de diciembre: un acuerdo integral con empresarios y dirigentes sindicales -de 180 días de duración- para recomponer el poder adquisitivo de salarios y jubilaciones y estimular la demanda en el mercado interno.

Con ese plan como norte, Fernández viaja el miércoles a Tucumán para participar de una cena por los 50 años de la Unión Industrial de la provincia. Estarán presentes el gobernador Juan Manzur, el titular de la UIA Miguel Acevedo y el secretario general de la CGT Rodolfo Daer. El candidato a presidente busca irse de esa reunión con un acuerdo social firmado por las partes, similar -en lo estructural- al que firmaron 14 gobernadores el 7 de agosto.

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El pacto al que le faltan los sellos va en línea con los anuncios que Fernández hizo, en materia económica, el lunes por la noche en diálogo con Joaquín Morales Solá. Desde el living de TN, aseguró que buscará el superávit fiscal y comercial, mantendrá un dólar competitivo, se focalizará en aumentar las reservas y bajar paulatinamente el nivel de endeudamiento. Además, dedicará los primeros 180 días a recomponer salarios y jubilaciones, en aras de estimular la demanda en el mercado interno -es decir, el consumo- y que caiga la capacidad ociosa de la industria, que hoy oscila cerca del 50%.

Un alto mando de la UIA aclaró ante El Canciller que todavía no se reunieron para definir una postura común acerca de los anuncios del candidato, pero ven con buenos ojos la propuesta de dinamizar el mercado interno. Entre las principales preocupaciones del sector aparecen las altas tasas de interés, que no permiten el financiamiento productivo de las empresas, y la alta presión impositiva. "Fernández dio buenas señales en estos sentidos, pero aún no explicó cómo combinará superávit fiscal con baja de tasas y presión impositiva y aumento del gasto”, subraya uno de los decepcionados con el macrismo.

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El intento del Frente de Todos de sumar voluntades seguirá hasta el 27 de octubre. No quieren dar lugar a una recomposición electoral del Gobierno (aunque a este punto la consideran improbable) y, sobre todo, de Roberto Lavagna, que asegura que sin la hiperpolarización tanto Macri como Alberto Fernández dejan, en el camino, los votos que sólo siguieron la lógica del rechazo a la oposición.

Por eso Fernández irá el domingo a Córdoba a participar de una misa en memoria de José Manuel de la Sota. Allí se reunirá con los dirigentes del PJ cordobés y -lo más importante- con Juan Schiaretti. "Hay buen diálogo. Creemos que habrá una mejor foto que la otra vez”, confiaron cerca del candidato, que en su último viaje se sentó a dos metros de distancia del gobernador peronista, que no sonrió ante el flash.

Más viajes le esperan al líder del Frente de Todos. El 19 de septiembre se reunirá con el presidente Andrés Manuel López Obrador, que el lunes recibió a Paolo Rocca y celebró la confianza de Techint en su país. Se rumorea que Rocca está particularmente interesado en la bilateral. El 10 de octubre, AF viajará a San Juan, donde Sergio Uñac será el host de un nuevo encuentro de gobernadores. También tiene agendada una visita a Mendoza -a fines de septiembre- para respaldar a Anabel Fernández Sagasti, que aseguran que está en "empate técnico" en la pelea por la gobernación contra el radical Alfredo Cornejo. Mar del Plata y Bahía Blanca son otros dos destinos en los que planea desembarcar.