Las negociaciones por la Ley Bases avanzaron en un camino lleno de dificultades y, pese a que los bloques de la oposición dialoguista no terminaron de saldar totalmente sus diferencias, este jueves firmarán el dictamen de mayoría en un plenario de comisiones de Diputados.

El cronograma indica que desde las 11:30 la comisión de Legislación General cumple con el trámite de reemplazar a Gabriel Bornoroni, quien asumió como jefe del bloque libertario en reemplazo de Oscar Zago, por Santiago Sarturio.

La comisión que pasa a liderar el exjefe de despacho de Javier Milei es cabecera del plenario junto a Presupuesto y Asuntos Constitucionales, que a partir de las 12:15 se reunirá con la misión de dictaminar. 

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A las 16, en tanto, se convocará en soledad la comisión de Presupuesto, que preside el libertario José Luis Espert, para avanzar con el trámite de la ley de Medidas Fiscales, Paliativas y Relevantes, más conocido como el "paquete fiscal" del Gobierno.

Hasta el momento, nadie pone en duda que la discusión se trasladará al recinto el lunes y martes próximos, tal como pretende el oficialismo.

El recorrido hasta acá no fue sencillo. En las últimas horas surgieron frentes inesperados de conflicto, a partir de diferencias entre los tres principales bloques de la oposición con los que el Ejecutivo viene conversando. 

La reincorporación de los impuestos internos al tabaco y la reforma laboral son los dos focos que dividieron a estos bloques, lo que generó un clima tenso en los pasillos de la Cámara baja. 

El Gobierno aceptó incorporar la reforma laboral y tomó como base la propuesta de la Unión Cívica Radical (UCR). El PRO, que había acercado su propio borrador, similar al del DNU frenado en la Justicia, protestó por el protagonismo que le estaban dando al centenario partido en las negociaciones, según consignó la agencia Noticias Argentinas.

También caldeó el ambiente la posición del jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, Miguel Pichetto, quien dejó trascender que no estaba de acuerdo con incorporar la reforma laboral a la ley Bases, ya que el tema podía boicotear la aprobación de la iniciativa en el Senado una vez que Diputados le diera luz verde.

Atento a la resistencia que generó su planteo de barrer con la reforma laboral, Pichetto bajó sus pretensiones y aceptó que se trate en base a tres puntos centrales: eliminar las multas, extender los períodos de prueba y el fondo de cese laboral.

Al sentir que su reforma laboral estaba amenazada, el radicalismo golpeó la mesa y envió un mensaje al Ejecutivo: "Sin reforma laboral, no hay Ley Bases"

El ultimátum radical sirvió para que arrimaran posiciones en un punto intermedio. Habría acuerdo para impulsar una reforma laboral más acotada, que no tocará aquellos puntos que afecten los intereses de la CGT, como el artículo que eliminaba las cuotas solidarias obligatorias para no afiliados a sindicatos. El Gobierno tampoco quería abrir un frente de conflicto con los gremios, en contraste con la UCR y la Coalición Cívica, que insistían con avanzar en ese sentido. 

"El radicalismo no tiene problemas, tenemos algunas disidencias pero mañana (por este jueves) estamos para dictaminar", aclaró en la víspera una diputada de la UCR que participa activamente de las negociaciones, en diálogo con la prensa acreditada en el Congreso.

El otro punto de discordia del proyecto Bases tiene que ver con el restablecimiento de los impuestos internos mínimos al tabaco. Este era un pedido explícito de los bloques Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal. En el dictamen del programa que se votó y quedó trunco en febrero, la cuestión se suprimió por pedido del PRO. Ahora volverá a estar presente, pero se incorporará directamente en el recinto.

Una preocupación que atraviesa a los tres bloques dialoguistas tiene que ver con el manejo de la sesión y de los tiempos por parte del titular de la Cámara baja, Martín Menem, a la hora de debatir en el pleno del recinto. 

Temen que, si no existe un criterio claro para la discusión en particular, Unión por la Patria haga valer sus mañas legislativas para alargar indefinidamente la discusión de cada artículo, haciendo que la sesión no pueda agotarse en dos días, como está programado.