El 8 de noviembre de 1989, para los alemanes, es el día de la reunificación. De hecho, recién el 3 de octubre de 1990, Alemania obtuvo su plena soberanía, que fue celebrada en Berlín, en la esplendorosa Puerta de Brandenburgo. 

La pugna entre el capitalismo y el comunismo era moneda corriente en la posguerra. Una URSS que buscaba expandir sus ideas, y otros países –impulsados y apoyados, principalmente, por Estados Unidos- defendiendo un estricto sistema capitalista. 

El 13 de agosto de 1961 Berlín, la capital alemana, fue dividida por un muro de concreto, terminado con alambres de púa. Así, no sólo se separaron ideas políticas, sino familias, amigos, parejas y vidas. La Alemania del Este, fue "la República Democrática Alemana”, mientras que la del Oeste, la República Federal de Alemania.

La Alemania comunista contra la capitalista. El culto a Lenin contra los carteles de Coca-Cola en cada esquina. Los autos cuadrados, contra las invenciones yankees. Las construcciones de colores grises, apagados e "iguales”, contra los edificios "del futuro”. El checkpoint Charlie para registrar los ingresos y egresos de cada área, fue un ícono de la triste época.

Golpes con martillos, cantos y festejos fueron la postal de un 9 de noviembre de 1989, en que cayó aquel lúgubre muro. Y hoy, Berlín, homenajea a esa época y a los 140 muertos que provocó la construcción de la "gran pared”.