A la sorpresiva jugada de Cristina Fernández de Kirchner, el presidente Mauricio Macri respondió con un contraataque potente y directo: foto con el gobernador reelecto de Córdoba, Juan Schiaretti, y cena de camaradería con el Círculo Rojo.

Pasadas las seis de la tarde, Macri recibió a un envalentonado Schiaretti en la Casa Rosada, con el objetivo de enviarle un mensaje al PJ alternativo, pero principalmente al kirchnerismo, a quien busca aislar para polarizar la elección.

Mientras Alberto Fernández ya comenzó su campaña presidencial y Cristina enfrenta su primer juicio oral por las causas de corrupción, el líder del PRO mostró la buena sintonía que mantiene con uno de los cuatro miembros fundadores de Alternativa Federal.

Sin chances de unir fuerzas, desde la Casa Rosada también buscan "reforzar" la posición del peronismo alternativo para evitar que, desesperados por la falta de definición de sus líderes, sus dirigentes emigren hacia el kirchnerismo.

Es que la decisión de CFK de elevar a Alberto Fernández como presidenciable le abrió -aún más- la puerta a figuras codiciadas (Massa y los gobernadores) para configurar una alianza peronista, que, de concretarse, sería la sentencia de muerte para Cambiemos en las urnas.

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Luego, en el predio de La Rural, el presidente encabezó la cena de los 100 años de FIAT en el país. En la gala del Círculo Rojo, Macri aprovechó para pedir un último gesto de confianza para "dejar a los fantasmas en el pasado". Y por fantasmas se refería al kirchnerismo, claro está.

Rodeado por las autoridades de la empresa automotriz (uno de los sectores más vapuleados por la recesión y la devaluación del peso), le prometió a los presentes -empresarios, dueños de medios, funcionarios del gabinete y miembros del sector financiero- que antes de fin de año "estará firmado el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea".

Entre elogios a FIAT y las clásicas promesas de inversiones, el presidente puso el foco en la necesidad de conseguir acuerdos internacionales que permitan inflar la producción local, mejorar la competitividad, reflotar las exportaciones y conseguir dólares genuinos de cara al 2020.

Mientras en el Instituto Patria queman los teléfonos en busca de nuevas alianzas, Macri se muestra como el líder indiscutible de Cambiemos, apuesta al acuerdo de estabilidad con el PJ dialoguista para aislar al kirchnerismo y se acerca al Círculo Rojo para fidelizar a los suyos que, aunque decepcionados, parecen huirle al regreso de "los fantasmas del pasado".