Mientras se lleva a cabo una nueva jornada de paro general contra la presidencia de Mauricio Macri, el Observatorio de Calidad Institucional de la Universidad Austral dio a conocer un informe en el que se detallan la cantidad de huelgas generales que se realizaron desde la vuelta de la democracia, presidencia por presidencia, año por año. Más allá de las cifras históricamente conocidas de los 13 paros generales que se sucedieron durante los cinco años y medio de la gestión de Raúl Alfonsín al frente del Poder Ejecutivo, del informe se desprenden otros datos que grafican las diferencias notorias en relación al pertido gobernante, independientemente de la interpretación que se le quiera dar: si es porque la conducción histórica de la Confederación General del Trabajo está en manos del sindicalismo peronista desde la década de 1940, o si son reclamos genuinos, o la coincidencias de ambas circunstancias, o sea, que la ideología justicialista de la mayoría de los dirigentes gremiales lleva a que tengan una percepción distinta a las formas de gobierno y políticas económicas no peronistas. De esto podría desprenderse otra arista de análisis que tiene que ver con el factor de poder real que tienen los sindicatos: ¿Siguen siendo representativos de las bases cuando vemos una ciudad plagada de taxis que aprovechan la ausencia de colectivos y viven de quienes pueden darse el lujo de ir a trabajar igual en pagando fortuna de viaje, cuando las empresas dan la libertad de trabajar desde el hogar a quienes se ven afectados por la huelga de transporte o cuando, directamente, el impacto de la medida de fuerza va de la mano la fuerza de no tener medios de transportes públicos accesibles? ¿Es justificable a esta altura de la historia argentina que la mayoría de los sindicatos más poderosos no tengan institucionalizado un sistema democrático e inclusivo de acceso a las capas más altas de sus dirigentes? Ver la casi nula participación femenina es casi un detalle de color al lado de la notoria permanencia eterna de secretarios generales que hasta convierten el cargo en un trono heredable a sus hijos. 

Pero vayamos a los datos. Ya todos sabemos que Alfonsín recibió 13 huelgas generales a lo largo de su mandato, las cuales se iniciaron en contra de reformas sindicales y se vieron potenciadas sobre el final de la gestión por la situación económica terminal que afrontaba el gobierno, en el otro extremo se encuentra Néstor Kirchner, quien lidió con una sola huelga general en sus cuatro años de gestión. Todos los presidentes gozaron de una "luna de miel" previa al primer paro, pero algunos tuvieron más suerte que otros. Alfonsín contó con un plazo de 269 días desde el 10 de diciembre de 1983 hasta que Saúl Ubaldini convocó a la huelga. Carlos Menem, en cambio, contó con 1068 días de gracia hasta el primer llamado al paro. La diferencia pareciera ser notable, pero no llega ni cerca a los extremos de este conteo: Cristina Fernández de Kirchner tuvo su primera huelga general en su día de gestión 1.808 mientras que Fernando De La Rúa lo sufrió a los 73 días. En esos extremos, el récord absoluto de paros generales en proporción al tiempo de gobierno se lo lleva también De La Rúa: ocho paros en dos años, un promedio de huelgas generales cada 92 días. 

Mauricio Macri atraviesa el sexto paro general en sus tres años y seis meses de gestión, habiendo gozado de una luna de miel de 484 días, récord para un gobierno no peronista que por poco duplica al número de Alfonsín, pero el promedio de huelgas lo baja al tercer puesto, superado por Alfonsín y De La Rúa. 

Los gobiernos peronistas también han tenido que lidiar con huelgas, siendo Carlos Menem quien ostenta el primer puesto con ocho paros generales seguido por Cristina Fernández con cinco huelgas. Sin embargo, en la comparación de períodos, el kirchnerismo sale ganando a todos: 6 huelgas en 12 años y medio de gestión. Macri lleva la misma cantidad en sólo tres años, la misma cantidad de tiempo que transcurrió para que se diera la primera huelga contra Carlos Menem, la mitad del tiempo que pasó antes del primer paro contra Cristina Fernández de Kirchner. 

El promedio total en la visión "con el peronismo en el Poder" arroja los siguientes resultados:

-Se dieron 43 paros generales en 36 años de democracia durante los cuales el peronismo gobernó casi 25 años (10 y medio de menem, año y medio de Duhalde, 12 y medio de Néstor y Cristina Kirchner) 

-El 37% de esos paros fueron efectuados contra los gobiernos peronistas; por ende, el 63% restante contra los otros signos políticos. 

-16 paros fueron en a lo largo de 25 años de gestión del justicialismo, frente a 27 huelgas realizadas en 11 años de gobiernos no peronistas (5 y medio de Alfonsín, 2 de De La Rúa, 3 y medio de Macri).

Cómo se dijo en un principio, quedará para otro análisis la metodología de las protestas, la representatividad de los líderes sindicales sobre una base laboral cada vez más diversa e inundada de nuevas tecnologías de comunicación y trabajo, y si es sano para un sistema republicano y democrático que uno de los factores de poder real más fuertes no tenga sus instituciones alineadas con el resto del juego democrático del país.