El Círculo Rojo advertía por un escenario similar: un peronismo fortalecido y el presidente Mauricio Macri con la obligación de asumir todo el costo político por el veto que se daría mañana a primera hora. Todo esto, claro, si finalmente hoy se aprueba el proyecto anti tarifazos en el Senado.

En este sentido, un error que marcó parte del establishment fue haber adelantado con tanto tiempo el veto presidencial, algo que les quita responsabilidad a los legisladores y carga todas las balas sobre el despacho presidencial, a la espera de la firma final.

Sin embargo, bajo el consejo de Durán Barba y la estrategia de Marcos Peña, el Gobierno prefirió ahorrar la sorpresa y acumular las críticas antes de tiempo para evitar un golpe de efecto con el veto del primer mandatario. El día después permitirá hacer una evaluación más precisa sobre los vencedores y ganadores del debate en el Congreso.

La otra gran preocupación que no logra asimilar la mesa chica de Cambiemos es el giro de Miguel Ángel Pichetto, el senador peronista más amigable con el oficialismo que ya advirtió que votará en coincidencia con el resto de la oposición. ¿El temor? Sumar un nuevo enemigo de peso en el Congreso y perder a un intermediario clave para avanzar con las próximas leyes después del Mundial (Presupuesto).

Por eso, la gran desilusión de esta batalla por las tarifas, según pudo consignar El Canciller, fue la postura del "peronismo racional” que Cambiemos parecía tener en el bolsillo de cara al 2019. Ahora, un nuevo escenario electoral renueva las chances del peronismo, aunque con más dudas que certezas sobre figuras que están en el aire: Cristina, Massa, Felipe Solá, entre otros.

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"Ya es tarde”, le dijo Pichetto a Frigerio. ¿Será tarde para que Cambiemos recomponga su relación con el peronismo? ¿Sufrirá otro golpe similar con el Presupuesto del próximo año, con las condiciones en el medio del FMI? Lo cierto, por estas horas, es que el Gobierno necesita del PJ colaboracionista para gobernar con tranquilidad; sin sobresaltos.

Caso contrario, la tarea de los funcionarios se hará más cuesta arriba, incluso con las sensaciones de un acercamiento entre el peronismo disidente y Cristina Kirchner, una figura que algunos empiezan a mirar con cariño de cara a los comicios del 2019. Pero con las diferencias a la orden del día.

El Gobierno continúa con su objetivo final de bajar el déficit. Convencido de "hacer lo que sea” para lograrlo (algo que al Círculo Rojo no le convence del todo), esta vez Macri se convertirá con su veto anunciado en el enemigo número uno de la clase media y baja.