El arzobispo de Buenos Aires, Jorge García Cuerva, cruzó a la dirigencia política, al sostener que la Argentina chapotea en el "barro de la corrupción" entre "descalificativos y odios", durante la misa que encabezó por el 50° aniversario de la muerte del padre Carlos Mugica y que se llevó a cabo en el Luna Park.

"Cincuenta años después seguimos chapoteando entre descalificativos y odios; chapoteamos en el barro de la corrupción", lanzó el Arzobispo y agregó: "Estamos acostumbrados a chapotear en el barro de los enfrentamientos constantes, mientras los más pobres siguen chapoteando en el barro de las calles de sus barrios sin asfalto y sin un plan de urbanización porque estamos asistiendo a la discontinuidad de políticas públicas de integración de barrios populares, que habían sido logradas con el consenso de gobiernos de distintos signos políticos y representantes legislativos".

Quien también participó a la distancia de la ceremonia fue el papa Francisco, quien a través de una carta, pidió "que todos podamos buscar lugares de integración descartando la descalificación del otro. Que la grieta se termine, no con silencios y complicidades, sino mirándonos a los ojos, reconociendo errores y erradicando la exclusión".

TE PODRÍA INTERESAR:

En la misma línea, Francisco resaltó: "El Padre Carlos alienta aun hoy a que en cada barrio se fortalezca una comunidad que se organiza para acompañar la vida de nuestro pueblo y nos interpela a luchar contra todo tipo de injusticia, a tener un diálogo inteligente con el Estado y con la sociedad".

"Él nos enseña a no dejarnos arrastrar por la colonización ideológica, ni por la cultura de la indiferencia. Pidamos al señor que los principios de la Doctrina Social de la Iglesia fructifiquen en nuestras comunidades y, a través de ellas, en toda la vida social", precisó el Sumo Pontífice.

El texto enviado por Francisco con motivo del 50° aniversario (Foto: NA).

A su vez, García Cueva, enfatizó: "Queremos con los ojos limpios por las lágrimas de tanto llanto de nuestro pueblo por muchos fracasos, por promesas incumplidas y por una calidad de vida que se fue deteriorando a pasos agigantados a lo largo de estos 50 años, rezar juntos y hacerlo desde aquella oración de Mugica que conocemos y tiene aún tanta vigencia -Meditación en la villa-, escrita por él en 1972″. 

Siguiendo la misma línea, también resaltó que al sacerdote -asesinado el 11 de mayo de 1974 de 14 balazos por una banda de la organización parapolicial Triple A, que comandaba el entonces ministro José López Rega- "lo mataron porque sabían que su muerte provocaría una gran conmoción, y apostaban al caos que se cernía como una tormenta sobre los argentinos, que con los años quedaron afónicos de reclamar paz y libertad".

En medio de su homilía, el Arzobispo porteño sostuvo que los argentinos parecieran "estar acostumbrados" a que los "chicos y adolescentes mueran todos los días" por la droga" y el "maldito paco que los consume". "Avanza la pandemia silenciosa del narcotráfico, que utiliza a los pobres como material de descarte, que promueve el sicariato, que seduce con dinero manchado de sangre a miembros del ámbito político, de la justicia y del mundo empresarial", expresó.

"En la Argentina de hoy siete de cada diez chicos son pobres; pibes con hambre revolviendo basura, chicos no escolarizados, o con una instrucción demasiado básica, no pudiendo leer de corrido o interpretar un texto", sentenció.