El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey -a quien en el Gobierno siguen estimando como aliado clave- junto al de San Juan, Sergio Uñac, coincidieron el sábado en la "cumbre”, el la Fiesta Nacional de la Vendimia y ratificaron lo que dijeron hasta el cansancio después del 10 de diciembre del 2015: cualquier tipo de unidad tiene que ser sin el kirchnerismo.

El propio Urtubey lo explico esta mañana: "Me reuní con Gobernadores de San Juan, y otros intendentes, para hacer una profunda renovación en el peronismo, que es ofrecerle a la gente cosas. Estoy trabajando para que el peronismo discuta proyectos y no patrones. A mí me parece que siempre habrá segunda vuelta en nuestras elecciones.", profetizó el mandatario salteño en diálogo con Radio La Red. No es casual. El peronismo piensa que la única chance de vencer al macrismo es por la misma vía por la cual perdió: el ballotage.

La sucesión de traspiés del Gobierno le da una chance inmejorable al peronismo ganar puntos con el electorado. Una economía que no repunta, los tarifazos, el escándalo que significó la sanción de la reforma previsional y la sombra de la corrupción dentro del Gabinete presidencial, abonan un terreno que el PJ todavía no capitalizó.

Según el diario Clarín, "a menos de 20 meses de la elección presidencial admiten que la opción del sector estará inevitablemente entre Urtubey y Massa", admiten desde las entrañas del PJ.

Despierta la "liga de los gobernadores peronistas" para borrar al kirchnerismo

Sin embargo, asoma un pequeño gran problema de fondo: qué hacer con el kirchnerismo. Lo que no posee el PJ "dialoguista” son los votos. Y eso en la mesa de negociaciones es un factor clave.