Hace 23 años que Martín Irurzun va hasta los Tribunales de Comodoro Py. Juez desde 1984, llegó a la justicia federal diez años después. Por sus manos pasaron la mayoría de las investigaciones del edificio: contrabando de armas a Ecuador, el caso Coppola, el direccionamiento de obra pública para favorecer a Lázaro Báez, Time Warp y más. La semana pasada fue uno de los que impulsó el desafuero y detención a Julio de Vido.

Luis Rodriguez es juez desde 1994. Al igual que Irurzun, primero fue juez de instrucción "ordinario” y recién en 2012 pasó al selecto grupo de federales. El decreto de su designación lo firmó Cristina Fernández de Kirchner. Su concurso para llegar al juzgado que era de Juan José Galeano fue muy cuestionado: lo acusaron de hacer trampa, de saber las respuestas de antemano. El martes pasado, con un fallo de la cámara Federal en la mano, le pidió al Congreso de la Nación el desafuero de Julio De Vido para detenerlo por una de las causas en las que lo estaba investigando: Río Turbio.

El presidente 

Irurzun es el presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, además de ser integrante de la sala II. La Cámara tiene sólo dos salas que se reparten la revisión de todos las causas que tienen los jueces de instrucción. Es también un magistrado cercano a Ricardo Lorenzetti (no falta casi nunca a los actos que realiza el presidente de la Corte Suprema) y desde 2016 está a cargo de la Dirección de Captación de Comunicaciones, que depende también de la Corte y se encarga de las escuchas legales en las causas judiciales.

"Su libertad constituye un riesgo para el proceso en curso, su encarcelamiento resulta la única alternativa viable para garantizar el éxito de esta investigación.” Con esa lapidaria frase, Irurzun selló el destino de De Vido la semana pasada. Antes, había considerado que había habido "interferencias” en la investigación y que no podía desligarse al ex ministro de esa situación. Marcó también que había un "riesgo latente” por la condición que tenía como presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados.

Las dos intervenciones que tuvo la sala II en la causa sellaron el destino de De Vido. Carlos Stornelli había pedido la detención pero el juez Rodríguez la desestimó, al igual que una posible indagatoria. El fiscal apeló y la Cámara le llamó la atención al magistrado. Rodríguez llamó a declarar entonces a los imputados pero el fiscal insistió con la detención y la llevó de vuelta a la Cámara, que consideró que tenía razón. 

Hace apenas tres semanas, con su firma le rechazó a De Vido una denuncia que había hecho contra Elisa Carrió por una de sus frases. "Este hombre irá a declarar o lo matarán antes” dijo la diputada. Julio lo tomó como una amenaza pero para los jueces no lo fue. El año pasado, había confirmado el procesamiento del ex ministro en la causa por la Tragedia de Once, lo que permitió que llegara al juicio que se está haciendo ahora.

Ayer, Irurzun y Eduardo Farah confirmaron el procesamiento de Lázaro Baéz por el lavado de 60 millones de dólares. En la misma resolución, le pidieron al juez Sebastián Casanello que indique "sin más demoras” si corresponde llamara a indagatoria a Cristina en la causa.