D'Elía: "En Ezeiza habría que crear el Pabellón Offshore para parte del gabinete de Macri"
Luis D’Elía vaticinó su futuro varias veces. En la madrugada del 7 de diciembre salió una rafaga de pedidos de detenciones del juzgado del juez federal Claudio Bonadio por la firma del Memorándum con Irán. Aquella decisión cambiaría su vida para siempre.
Eran las 6:53 de la mañana y su casa en Isidro Casanova estaba rodeada de patrulleros. Se entregó con cara de dormido ante efectivos de la Policía Federal. "¡Basta de dictadura macrista!", gritó antes de partir hacia la Superintendencia de Investigaciones Federales, en Villa Lugano.
Pasaron casi cien días de su arresto: hoy se encuentra privado de la libertad en el penal de Ezeiza a la espera de un milagro que lo devuelva con su familia. Lo acusan de formar parte de una "diplomacia paralela" junto al ex Quebracho, Fernando Esteche, y Jorge Yussuf Khalil. Del otro lado de la línea le concede una entrevista exclusiva a elCanciller.
Está agradecido a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, al bloque de diputados del FPV que comanda el santafesino Agustín Rossi, y al ex supremo, Raúl Zaffaroni. Cuenta que lo vió demacrado al ex ministro Julio De Vido y que la libertad de Roberto Baratta “no lo ilusiona”. Su voz suena cansada y desmejorada.
—¿Cómo pasa sus días?
—Con mucha entereza. Son días muy duros: tengo triple bypass, un infarto y soy insulino dependiente. Tengo una salud muy precaria y estos casi tres meses han sido muy difíciles en lo físico y en lo anímico.
—Hubo un incidente en su pabellón hace 15 días y lo trasladaron al hospital penitenciario de Ezeiza. ¿Qué ocurrió?
—Conmigo no pasó nada ni tampoco tiene que ver con el traslado. En estos tres meses no he tenido ningún incidente, ni con el personal del Servicio Penitenciario ni con el resto de la población carcelaria.
—Entiendo, pero ¿por qué lo trasladaron?
—Porque querían hacerme un diagnóstico de corazón muy profundo y en Marcos Paz no tenían las posibilidades técnicas que sí tiene Ezeiza. Mi familia se asustó. Muchas veces las comunicaciones no son fluidas.
—¿Cómo fueron esos días en el hospital?
—Fueron 14 días muy duros porque uno tiene que estar prácticamente solo las 24 horas del día. Allí me han tratado con mucho profesionalismo. Coincido con (Amado) Boudou: no son simpáticos, pero sí son profesionales. Su laburo lo hacen bien y no tengo de qué quejarme.
—¿Cómo viene anímicamente?
—Yo soy un tipo de mucha solidez espiritual, más en esta causa donde soy un preso político. Soy un preso al cual nadie le puede explicar claramente por qué está acá. Tengo una familia unida. Con mi esposa (Alicia Sánchez, ex legisladora provincial del FPV) hace 34 años que estamos juntos. Mi hija Anahí, que vive en Estonia, me dijo: "Papá, estoy orgullosa de vos, sos un preso político porque has enfrentado toda la vida a los poderosos de este país". Me siento muy respaldado por mi familia.
—¿Por qué está preso?
—Puede gustar o no el Memorándum con Irán, pero no es un tema judiciable. Coincido con lo que fue el fallo del juez (Daniel) Rafecas, al cual ahora el Consejo de la Magistratura parece haberle dado la razón.
—¿Sigue el minuto a minuto sobre su causa?
—Hay veces que con lo hago alguna demora porque los diarios solamente los puedo tener los días de visitas. Pero sí, más o menos estoy al tanto.
—¿Cómo pasa el día a día? ¿Qué hace?
—Hago una hora y media de caminata, que tengo que hacer por la diabetes, por las tardes tengo que completar el trabajo físico para recuperarme. También leo mucho.
—¿Qué lee?
—Acabo de leer a Naomi Klein, en No basta decir que no, un libro que me pareció extraordinario. También leí la biografía de Mariano Moreno y Mujeres tenían que ser, ambos de Felipe Pigna. El resto del tiempo colaboro con las tareas comunitarias y con las cosas que hay que hacer en el pabellón.
—¿Por ejemplo?
—Si hay que barrer, si hay que baldear, lo hago. En Marcos Paz era la primera tarea del día. Lo hacíamos con todos los compañeros, en un clima de mucha solidaridad.
—¿Cómo es la dinámica con el resto de los presos?
—Excelente. La verdad es que acá están los hijos de los trabajadores, los hijos del pueblo. Acá no hay ningún pabellón que se llame "Paradise Papers", ni ningún pabellón que se llame "Bahamas Leaks" u "Odebrecht", son todos hijos de laburantes los que están acá.
—¿Con cuántos presos comparte el pabellón?
—En este pabellón con 12. En Marcos Paz éramos 50. Acá es más acotado el espacio.
—¿Sigue las noticias? ¿Qué opina de los supuestos hechos que supuestamente involucran a parte del gabinete del presidente Macri?
—No me extraña de ninguno: acá habría que crear el "Pabellón Offshore". Los que endeudan, los que fugan, los que lavan, los que blanquean, los que devalúan, acá no están. El descontento que hay con Macri en las canchas de fútbol, en los teatros, en los cines y en las calles, es el que se ve en todos lados. Por lo que uno escucha, la vida de la gente se va precarizando, cada vez hay menos posibilidad de sostener a la familia.
—¿Se sumaría a los cánticos contra Macri?
—Sí, si yo estuviera afuera cantaría: "Mauricio Macri, la puta que te parió", sin ninguna duda.
—¿Cuándo fue la última vez que lloró?
—Lloré tres veces: cuando levanté la copa el 24, el 31 y el 27 de enero, el día de mi cumpleaños -paradójicamente, el 27 de enero pero del 2013 CFK anunció por Twitter la creación del Memorándum con Irán-. Estaba solo, sin mis hijos, mi mujer y mis nietitas. Cuando pensé en eso se me piantó un lagrimón.
—¿Le brindan contención psicológica en la cárcel?
—Sí, la verdad es que acá la atención es muy profesional. No he vivido ni un solo incidente con ellos. Acá uno vive con mucha tranquilidad, al menos en los pabellones en los que estuve.
—¿Vió el discurso de Macri en el Congreso?
—Lo ví varias horas después. Le falta el respeto y subestima a la gente. Durán Barba cree que el problema político que tienen lo van a resolver con medios adictos, con comunicación, con periodistas contratados, y se equivoca. La economía está cada vez peor, la situación financiera es caótica, no hay un solo indicador que les de bien.
—¿Está a favor del aborto?
—Macri lo hace para ver si puede cambiar el eje del debate social. Es una jugada pavota. En vez de darle una respuesta económica y política a la gente, hace esto. El gobierno de "Don Corleone" no puede encarar la lucha contra la corrupción porque no está capacitado, ni siquiera moralmente. Cada día que pase va a ser peor, van a descubrir más funcionarios fugadores. Me parece que este Gobierno tiene la mecha corta. Coincido con (Raúl) Zaffaroni. Quiero agradecerle que me vino a visitar y que (Germán) Garavano no lo dejó entrar. Lo hago cargo a él.
—Si fuese diputado, ¿votaría por el aborto?
—Tengo mi posición personal, por eso tengo cinco hijos. Aún así creo en la despenalización del aborto. La votaría. Igualmente, me parece que es un debate falso. Está hecho de manera oportunista.
—En perspectiva, ahora que está preso ¿hizo algo mal?
—¿Vos te imaginás a EEUU metiendo a los servicios de inteligencia de China y de Rusia en el expediente del 11-S?. Nosotros metimos a la CIA y al Mossad en el de la AMIA. Puedo tener una opinión sobre Irán. Nosotros hemos dejado que llenaran el expediente con pescado podrido. Los que lo permitieron son unos traidores a la patria.
—¿Se arrepiente de las conversaciones que tuvo con Yussuf Khalil?
—Yo no hice ninguna diplomacia paralela. El día que me llamó Khalil -que era el dia de mi cumpleaños- para avisarme que se había firmado el Memorándum yo le dije que estaba en babia. Él me cuenta ahí los detalles. Esa es toda la prueba que tienen contra mi. Es algo que no es judiciable. Es un cachivache político la causa.