El Congreso está llevando adelante sesiones extraordinarias este verano para avanzar, según pidió el Poder Ejecutivo, con la serie de reformas y desregulaciones que se propone llevar adelante el presidente Javier Milei. Sin embargo, el arranque del nuevo año y de la serie de encuentros dispuestos para conformar comisiones y comenzar a tratar los diversos temas incluidos en el megaproyecto de ley ómnibus con 664 artículos de diversa índole ha sido complicado, no sólo por la oposición del kirchnerismo. También hay algunos desacuerdos entre los aliados de La Libertad Avanza. 

Entre los temas que generan mayor resistencia de las propuestas enviadas por el oficialismo se encuentran: la delegación de facultades extraordinarias al Presidente por cuatro años, la eliminación de la movilidad jubilatoria, el aumento de las retenciones a las exportaciones agropecuarias y las privatizaciones masivas de empresas públicas.

Además, tampoco hay consenso sobre los cambios en el sistema electoral y la reforma judicial, específicamente la implementación de juicios por jurados populares, que algunos especialistas en el tema ya adelantaron que sería de difícil ejecución y oneroso para las arcas estatales.

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Si bien muchos opositores aliados valoran positivamente muchas de las medidas económicas orientadas a la estabilización y al crecimiento del país, le están pidiendo al Gobierno que priorice las cuestiones más urgentes y postergue las más polémicas para futuros debates. Así, buscan evitar la confrontación mientras advierten que no darán un “cheque en blanco” para que Milei ponga en práctica todas sus iniciativas.

El bloque que conduce el diputado radical Rodrigo de Loredo pidió al oficialismo “sacar las pavadas”, mientras que, en la misma línea, desde el ARI que lidera Maximiliano Ferraro reclamaron a los funcionarios "identificar las prioridades para enfocarnos en los temas que el plan del Gobierno requiere para estabilizar una economía en crisis profunda".

Incluso desde el ala más dialoguista del peronismo -que responde a Miguel Ángel Pichetto- habría planteado en privado al presidente de la Cámara Baja, Martín Menem, postergar algunos capítulos menos urgentes para el período de sesiones ordinarias que se iniciará el 1° de marzo.

Es así como la oposición parlamentaria más dialoguista intenta negociar los términos del debate y moderar los aspectos más controversiales del proyecto de ley ómnibus, que el Ejecutivo procura aprobar en tiempo récord antes del 31 de enero, cuando vencen las sesiones extraordinarias. Muchos creen que será difícil lograr la hazaña de aprobar el paquete libertario de 664 artículos ante la resistencia de muchos de los cercanos.

El oficialismo, por su parte, defiende el contenido completo de la iniciativa, al argumentar que no hay temas irrelevantes y que los supuestos errores detectados hasta el momento por los legisladores y otros referentes políticos son sólo "materiales, no de fondo".

En el entorno de Milei confían en poder contar con los votos necesarios -siempre con ayuda de sus socios políticos- aunque reconocen en privado que es probable que deban consensuar ajustes en los puntos más conflictivos para que finalmente la medida avance en ambas cámaras del Poder Legislativo.