Cruces entre el kirchnerismo y el Gobierno: el acuerdo Mercosur-UE cae en la grieta de campaña
La euforia del Gobierno nacional por cerrar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea se esfumó a las pocas horas para transformarse en una espada de campaña, luego de las dudas y las críticas sembradas por la oposición.
Todavía estaban húmedas las lágrimas de Faurie por el "hito histórico" cuando los principales candidatos opositores por el Frente de Todos lanzaron los primeros dardos. Alberto Fernández, Axel Kicillof y Pino Solanas fueron los más apurados en manifestar su "preocupación".
"No queda claro cuáles serían los beneficios concretos para nuestro país. Pero sí queda claro cuáles serían los perjuicios para nuestra industria y el trabajo argentino. Un acuerdo así no genera nada para festejar, sino muchos motivos para preocuparnos", aseguró el precandidato presidencial en su cuenta de Twitter.
El precandidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires fue, por su parte, el más contundente en sus opiniones, al considerar que el acuerdo con los europeos significa "una tragedia" para la Argentina.
Para el senador porteño y precandidato a primer diputado por el Frente de Todos, Pino Solanas, el pacto Mercosur-UE significa "mayor reprimarización de la Economía y un ataque desleal a la industria nacional". Y anticipó: "Lo rechazaremos en el Congreso".
Sin embargo, los funcionarios de Juntos por el Cambio, exultantes por lo que consideran un logro propio y algo que, seguramente, esgrimirán en la campaña, no tardaron en responder.
Tanto Dante Sica como Jorge Faurie, los dos ministros (junto al secretario Miguel Etchevehere) que participaron de la rúbrica del documento final del acuerdo, se apresuraron a aclarar, desde Bruselas, que el acuerdo no supone más que beneficios para Argentina y la región.
"Que digan que [el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea] es "una tragedia" muestra la ignorancia de muchos candidatos", disparó el ministro de Trabajo y Producción en diálogo con Nicolás Wiñazki por TN.
Finalmente, el último de los oficialistas que salió al cruce del kirchnerismo fue, justamente, también el último peronista en subir al barco de Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio): Miguel Ángel Pichetto.
Y aunque reconoció que la anterior gestión también hizo su esfuerzo en negociar con la UE, apeló al discurso de integración al mundo y las bien valuadas políticas internacionales de Macri. En cambio, ratificó su mensaje electoral para recordar que, de ganar el kirchnerismo, Argentina volvería a "cerrarse al mundo".